AVANCE MÉDICO

La sangre especial de una niña salva a su hermano de una grave enfermedad genética

Izan Chesa, con una de sus hermanas en brazos, mientras su padre sostiene a la otra. JORDI COTRINA

Izan Chesa, con una de sus hermanas en brazos, mientras su padre sostiene a la otra. JORDI COTRINA / periodico

ÀNGELS GALLARDO / Barcelona

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Un niño de 11 años, Izan Chesa, vecino deRipollet (Vallès Occidental), ha sido objeto de un trasplante decélulas madre del cordón umbilical y otro demédula ósea, procedentes de una de sus hermanas, que nacieron libres de laenfermedad genética denominadaadrenoleucodistrofia, diagnosticada al niño cuando tenía 8 años. La intervención la realizó en elHospital de Sant Pau el equipo de la hematóloga Isabell Badell, y fue posible gracias al complejo proceso de selección embrionaria que dos años antes había iniciado el Instituto IVI de Barcelona, que dirige el doctorAgustín Ballesteros. El objetivo del IVI fue conseguir que la madre de Izan iniciara un embarazo con embriones diagnosticados antes de iniciar la gestación uterina, con el fin de eliminar en ellos el fallo genético del que son portadores los padres del niño. 

Izan está prácticamente curado de la dolencia, que le causaba una degeneración progresiva e irreversible del sistema nervioso que le hubiera acortado la vida. Volverá a clase el próximo curso, aseguraron ayer sus padres, Alicia López y Mario Chesa, que se mostraron muy agradecidos a los equipos médicos que han conseguido la práctica curación de su hijo.

Dos años de trámites

Para asegurar el éxito de la intervención, el equipo médico del IVI optó por un doble trasplante, el de células madre y el de médula ósea procedentes de la hermana genéticamente tratada, que fueron adecuados para Izan en dos sentidos: el material transferido estaba libre de la enfermedad y era histocompatible con la sangre del niño, es decr, no podía provocar un posterior rechazo inmunológico.

El proceso, sin precedente en Catalunya y el segundo que acaba con éxito en España, fue autorizado por la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida, tras una tramitación de casi dos años de duración que, lamentó Ballesteros, dilató en exceso la aplicación del material genético sano. El director del IVI pidió que estos tratamientos dejen de ser considerados como una experimentación por la legislación española, ya que, dijo, son seguros y podrían ser beneficiosos en plazos más cortos de aplicación.