INQUIETUD EN LA ALTA RIBAGORÇA POR EL FUTURO DE UN RECLAMO TURÍSTICO

El recorte obliga a cerrar al público iglesias románicas de La Vall de Boí

Un hombre contempla la iglesia románica de Santa Eulàlia, en el núcleo de Erill la Vall.

Un hombre contempla la iglesia románica de Santa Eulàlia, en el núcleo de Erill la Vall.

LAURA GORDÓ
LA VALL DE BOÍ

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«Si se cierran las iglesias, el valle retrocederá». Es la sensación que se respira en La Vall de Boí (Alta Ribagorça) tras conocerse que el Consorci del Romànic cerrará a partir del próximo 1 de diciembre algunas de las iglesias del conjunto románico por falta de financiación. Pocos meses después del décimo aniversario de la declaración de las iglesias del valle como Patrimonio de la Humanidad, a vecinos del valle, restauradores, hoteleros y gestores del conjunto les preocupa perder gran parte del atractivo cultural y turístico de la zona. El recorte del presupuesto es la causa que ha obligado a anunciar la drástica medida, según el Ayuntamiento de La Vall de Boí.

«En los dos últimos años la Generalitat ha reducido su aportación el 30% y para el 2012 prevemos otro recorte del 34%. La gestión del románico, tal y como ha funcionado hasta hoy, es insostenible», afirma Joan Perelada, alcalde de La Vall de Boí.

De los 180.000 euros que la Generalitat aportó por primera vez en el 2007 (tras la formación del consorcio integrado por la Diputación de Lleida, el Ayuntamiento de La Vall de Boí, el Consell Comarcal de la Alta Ribagorça, los obispados de Lleida y de La Seu d'Urgell y los departamentos de Cultura, Agricultura y Medi Ambient) y que subieron a 192.000 en el 2009, se ha pasado a 135.000 euros para este año y a 89.000 previstos para el 2012. Una reducción causada por la disminución de la aportación de la nueva conselleria de Agricultura, Ramaderia, Pesca, Alimentació i Medi Ambient, que rebaja la cifra de 128.000 euros en el 2009 a 25.000 para el año que viene.

LA INCÓGNITA / La cantidad de iglesias que cerrarán y cuáles serán está aún por determinar, pero el cierre irá acompañado de un expediente de regulación que afectará aproximadamente a la mitad de la plantilla del Centre del Romànic, a seis o siete personas. «Nosotros, como parte del consorcio, estamos dispuestos a reestructurar los horarios y el funcionamiento del centro y de las visitas, pero no se puede permitir que la mitad de la plantilla se quede sin trabajo», añade Perelada.

Desde el 2003, cuando se terminó de restaurar La Nativitat del núcleo de Durro, seis de los nueve edificios románicos han estado abiertos a los visitantes durante todo el año. Y es que el conjunto románico de La Vall de Boí, junto al Parc Nacional d'Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, es uno de los principales atractivos de la zona y recibe una media de 130.000 visitantes al año. «En primavera y verano recibimos muchos turistas que vienen por el románico. Que se cierren las iglesias puede afectar al turismo. Perderemos lo que hemos ganado en los últimos años», afirma Teresa Puyol, propietaria del Hotel El Rantiner. Mientras, el ayuntamiento espera que esta sea una medida transitoria y explica que ya han iniciado las conversaciones con la Generalitat para replantear el presupuesto para el año que viene y evitar que el cierre sea permanente.