LA INSEGURIDAD EN LA CARRETERA

El riesgo de jugarse la vida

Recambio 8 Albert Pla, en su taller de neumáticos de la calle de Rocafort de Barcelona, el pasado viernes.

Recambio 8 Albert Pla, en su taller de neumáticos de la calle de Rocafort de Barcelona, el pasado viernes.

ANTONIO MADRIDEJOS / BARCELONA

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Los fabricantes aconsejan cambiar los neumáticos cuando se han recorrido 40.000 kilómetros o, en caso de un uso escaso del coche, a los cinco años, incluso en el caso de que tengan un aparente buen aspecto. Con el paso del tiempo, las gomas se degradan y disminuye la adherencia al asfalto, lo que se traduce en una peor conducción y en un riesgo en la frenada, al margen de aumentar el consumo de combustible. Sin embargo, estas recomendaciones se dejan muy a menudo en segundo lugar cuando las dificultades aprietan.

Y una cosa es demorarse ligeramente y otra es alargar el cambio hasta lo inimaginable, explica Albert Pla, del taller Pneumàtics Rocafort, en Barcelona, mientras enseña una unidad totalmente destrozada que tuvo que cambiar recientemente. Es algo más que un pinchazo: es un gran reventón. El neumático conserva la fecha de origen, 1998. «Posiblemente era el original», dice. «Ahora la gente se lo piensa mucho, sobre todo en los modelos con neumáticos muy especiales, y no los cambia hasta que se ven fatal», prosigue Daniel Jiménez, del taller AutoCastell, en el barrio barcelonés de la Sagrera.

Es un poco el caso de Manuel Melero, un conductor que acaba de sufrir un reventón al tocar un bordillo. «La verdad, no recuerdo cuándo los cambié por última vez, pero hago pocos kilómetros. Ahora voy a aprovechar para poner los cuatro nuevos». Juan Martínez, del autotaller Jube, en el barrio de Vilapicina, insiste en la crisis: «A mí llegan muchos reventones porque la gente aguanta demasiado. Y no solo se cambian menos los neumáticos, sino que en general se lleva menos el coche al mecánico y no se miran tampoco las pastillas de los frenos».

ITV más estricta

La diferencia entre unas gomas en buen estado y unas que necesitan una jubilación, prosigue Pla, no depende solo del desgaste del dibujo, de la profundidad de los surcos -el límite legal es de 1,6 milímetros-,

sino también de la conservación. «Aunque el coche permanezca quieto en un aparcamiento, los neumáticos tienden a secarse con el paso de los años, a cuartearse», prosigue el responsable de Pneumàtics Rocafort. Aunque suponen alrededor del 10% de los suspensos, Pla considera que las ITV deberían ser más estrictas en este apartado: «Se mira mucho que el dibujo no esté gastado, pero a menudo no se tiene en cuenta la antigüedad. A mí me llegan neumáticos reventados que se veían bien y acababan de pasar la ITV».

La longevidad de un neumático es impredecible porque hay muchos factores que pueden afectarle al margen de su calidad intrínseca, desde el estilo de conducción y la meteorología hasta la carga habitual y, muy importante, la presión de inflado adecuada. Sin embargo, Pla insiste: «Las marcas baratas no solo frenan peor y tienen peor estabilidad, sino que duran menos. Yo a mis clientes les digo que no se jueguen la vida por ahorrar un poco». Claro está que las 'marcas baratas' a las que se refiere Pla, la mayoría de China, pueden llegar a ser hasta tres veces más económicas.

Lo mismo opina Juan Martínez: «Ahora se ponen más marcas chinas y segundas marcas que en situaciones normales van bien, pero que patinan más sobre mojado. Las marcas de calidad responden mejor y duran más». Daniel Jiménez concluye: «Antes se hacían muchos recauchutados, pero ahora ya no, salvo en el caso de camiones. Con la crisis, lo que hay ahora son muchas marcas baratas y un montón de segunda mano».