ANTONIO, 56 años. Gestor de datos en Barcelona Activa

«El hambre agudiza muchísimo el ingenio»

Antonio perdió su trabajo en el 2008. Ayuda en ASSIS como técnico informático.

Antonio perdió su trabajo en el 2008. Ayuda en ASSIS como técnico informático. / ARIANNA GIMÉNEZ BELTRÁN

GERARDO SANTOS

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Hasta que el 27 de diciembre de 2016 (no se le olvidará la fecha nunca) le llamaron de la oficina de empleo para ofrecerle un trabajo, Antonio contaba siete años en paro: «Dejaron de entrar ingresos, pero las facturas y el alquiler iban llegando y, visto y no visto, llegó un día en que me vi en la calle». Dice que enfrentarse a una primera noche en la calle es como si se separa a un bebé de su madre nada más nacer: «Pasas días sin comer, observas. Ves que en el bar de enfrente un hombre recoge la terraza a cambio de un bocadillo. Al día siguiente, buscas tú otro bar para hacer lo mismo». «El hambre agudiza muchísimo el ingenio», asegura.

A las pocas semanas, Antonio acudió a ASSIS: «Llegué avergonzado, pensaba que lo primero que harían sería identificarme. Pero no, me preguntaron si había comido y si me quería duchar», recuerda sonriente. Antonio, que había conservado su pequeño ordenador, quiso colaborar y, así, poco a poco, acabó montando la sala de informática de ASSIS. Luego, la entidad le facilitó una habitación en uno de los pisos que alquilan para acoger a personas sin hogar: «Comparto el piso con dos compañeros y pago 190 euros, gastos aparte».

Antonio sigue colaborando con ASSIS y, además, es el coordinador del grupo de trabajo de 'sinhogarismo' del Consell Municipal de Benestar Social del Ayuntamiento de Barcelona: «Los medios solo hablan de las personas sin hogar para destacar los aspectos negativos. Pero solo el 30% tiene problemas de adicciones. Además, el 12% tiene una carrera acabada y ha ejercido su profesión», se lamenta.