Gente corriente

El Gran Magí: "Sonreír tras perderlo todo es el mensaje de Nepal"

Artista, activista social en búsqueda continua de un lugar para regar con sonrisas la humanidad. Su rumbo apunta a Nepal

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CARME ESCALES

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Cuando Nepal aún cose surcos en la calle y en el corazón, tras el terremoto de abril del pasado año, la vida se ha borrado en otro rincón del mapa. La Tierra ha vuelto a quebrarse y con ella el devenir de muchos italianos. Tres meses habían pasado después de la sacudida en Nepal cuando Magí Valls (Barcelona, 1976), conocido en Lleida -donde vive- como El Gran Magí, viajó al país asiático con la misión que activa siempre su brújula: provocar risas y sonrisas espontáneas que alejan por un tiempo el dolor. Ahora prepara ese mismo viaje, pero en furgoneta.

-Lleida-Katmandú: 8.000 kilómetros. Casi nada... Yo pensé: ¿qué locura haría un payaso para llegar a Nepal? Seguramente lo haría a pie, pero yo me dije: ¿dónde llevo las cosas que quiero llevarles y dejar allí? Y se me ocurrió que podría comprar una vieja furgoneta (una Ford Tourneo Connect de segunda mano), acondicionarla con una cama y dejarla en el país a alguna de las pequeñas oenegés que se dejan la piel allí ayudando a reconstruir casas, infraestructuras, casi todo.

-¿El humor puede distraer tanta pérdida? Al menos lo intentamos. No cambias la situación, pero curas malos ratos. El tiempo que niños y niñas están contigo riendo, como mínimo ese espacio es bueno para ellos.

-¿Se considera un artista de calle? De calle y de allí donde me llamen, pero yo reivindico la calle como el mejor escenario, la mejor infraestructura para expresarse. Salas y teatros pueden condicionar el discurso artístico, y en la calle puedes ser tú.

-¿Quién es El Gran Magí? Bueno, para empezar, lo de Gran no es porque sea mejor que otros, sino porque ocupo más, es una cuestión de volumen. Me llamó la atención en mi primer viaje a Nepal que muchas señoras se me acercaban y me pasaban la mano por la barriga. Me debían considerar una especie de Buda. Pero no, El Gran Magí es un bufón, un transgresor, algo gamberro porque agita cultural y socialmente, intenta remover conciencias, abrir los ojos del mundo.

-¿Cómo lo hace? Alterno animaciones para público familiar, muchas en la calle y con las que ahora junto fondos para viajar a Nepal, con pequeños retos que van más allá del espectáculo. En el 2011 caminé siete días, de Lleida a Barcelona. Me planté en la plaza de Sant Jaume con un decálogo cultural en defensa de los artistas, que podía parecer naíf, reivindicando el derecho a vivir felices y tranquilos con la profesión escogida, también los de este sector tan tocado por la crisis. Y en el 2013 inflé 2.013 globos en 9,55 horas, lo hice a pleno pulmón.

-¿Por qué quiere volver a Nepal? Fue como un amor a primera vista. Llevo 20 años viajando por diferentes países, he estado en Bolivia, Brasil, Honduras, Nicaragua, El Salvador, Burkina Faso, he viajado con Pallassos Sense Fronteres, pero hubo algo en Nepal que me enganchó de manera especial, y sentí ganas de volver solo a dejar algo más. Será el primer país en el que habré repetido visita. Tardaré más o menos un mes entero en llegar, siendo optimista, y una vez allí me gustaría poderme quedar el máximo tiempo posible.

-¿Cuáles son sus planes? Espero salir para allí hacia el 15 de noviembre. Me lanzo a este viaje para que me desmonte mucho, porque los payasos también entramos en rutinas. Este no es un simple viaje, es una experiencia que va de lo personal a lo profesional. En Nepal actuaré en centros de acogida de niños huérfanos, y en la calle. Me gustaría hacerlo para niños que han nacido en la prisión. Dream Nepal es una oenegé que trabaja con ellos. Es increíble cómo nos desesperamos aquí si se nos estropea el móvil, y aquella gente sonríe habiéndolo perdido todo.

-Tal vez sea ese el mensaje. Sí, sonreír tras perderlo todo es el mensaje de Nepal. Y no deberíamos dejar de visitar el país, porque ahora en su reconstrucción es cuando más lo necesita. La gente en Nepal, como en Italia, precisa atención también cuando ya no se hable de ellos.