Capacidades dignas de las mejores empresas

Specialisterne, compañía de origen danés, saca punta para el sector informático a cualidades excepcionales de quienes padecen trastornos de autismo. La firma, con 20 oficinas en 14 países, ocupa en España o a 17 personas diagnosticadas

EQUIPO. Formadores y jefes de proyecto, informáticos y psicólogos.

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Carme
ESCALES

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Especialistas en tareas muy concretas. Esos son los recursos humanos que ofrece Specialisterne, la crême de la crême para ciertas funciones vinculadas a la tecnología informática. Competencia visual, capacidad de concentración, memoria, minuciosidad y atracción por los detalles, de personas diagnostiadas de algún Trastorno del Espectro Autista (TEA) como el síndrome de Asperger son capacidades nada despreciables, sino altamente bienvenidas en el equipo de Specialisterne. «Especialmente en el mundo informático, un sector que genera trabajo y crece, sin acumular porcentajes de desempleo, las competencias intelectuales de personas condicionadas en su vida por ese espectro autista, de niveles normales o por encima de la media social son muy valiosas», puntualiza Francesc Sistach. Él dirige la sede que Specialisterne abrió hace un par de años en  Sant Cugat del Vallès, donde trabajan actualmente 24 personas, más de la mitad de las cuales han sido diagnosticadas con algún tipo de TEA. «En Madrid hay otra sede menor de la compañía en la que hay empleadas seis personas en total. Entre Madrid y Sant Cugat, Specialisterne ocupa a treinta personas, trece de las cuales forman el staff de la compañía», explica Sistach.

SOFTWARE Y GESTIÓN  DE DATOS / «Tratamiento de imágenes y datos a nivel masivo, creación o mejora de softwares y programación de procesos complejos tecnológicamente son las tareas más habituales que  realizan», detalla el director. «No hacemos de todo, pero lo que hacemos  lo hacemos desde una superespecialización debido a la selección de profesionales que tenemos», añade. «Son servicios que ofrecemos desde nuestra sede, con visitas puntuales a las empresas que los solicitan, pero nuestro personal se puede desplazar a trabajar en la empresa que nos contrata», dice Francesc Sistach.

Amaia Guerrero monitoriza sistemas informáticos para la empresa Avnet Services, uno de los clientes de Specialisterne, donde fue contratada en abril del pasado año. Tiene 30 años y es de Vitoria. «Mi madre descubrió a Specialisterne en internet y, como yo tengo el Grado Superior de Informática, pensó que podría ser interesarme», explica Guerrero. Preparó su maleta y, gracias al contrato en Sant Cugat, inició una nueva etapa en su vida. Vida independiente, por primera vez. «Me ha ido mejor de lo que pensaba», admite satisfecha. «Ahora vivo sola  y me estoy desenvolviendo mucho mejor de lo que me creía capaz. He cogido confianza en el ambiente de la empresa y me han asignado responsabilidad», precisa Amaia Guerrero.

SELECCIÓN Y FIGURA DE UN TUTOR/ Después de realizar la selección de los candidatos a trabajar en la empresa, que suelen llegar hasta ella a través de Centros de Inserción Laboral de los mismos ayuntamientos o escuelas de formación, estos deben pasar la entrevista de un psicólogo. «Sobre todo para comprobar hasta qué punto está motivada la persona en el tema informático», aclara el director, Francesc Sistach. Después de la entrevista, los candidatos pasan media tarde en la empresa para hacerse una idea del ambiente. Y, por último, en una entrevista final, se acaban de ajustar las expectativas de una y otra parte. «Somos una empresa privada sin ánimo de lucro. Lo que gana se destina a investigación interna, es más sostenible que rentable. No genera pérdidas, pero tampoco grandes ganancias», destaca Sistach. «Tenemos una misión muy clara: formar y dar trabajo a cuantas más personas con estas características podamos, mejor», proclama el director. «También queremos difundir el mensaje, ayudar a crear mentalidades. Ya hay quienes se han inspirado en nosotros, y eso nos parece muy bueno».

Para poder acceder a un puesto de trabajo en Specialisterne, se requiere ser mayor de 18 años y haber sido diagnosticado de TEA. Una vez superadas todas las entrevistas, todos los candidatos deben seguir un periodo de cinco meses de formación. «El curso formativo, -subvencionado por el SOC y la Fundación ONCE, abarca una parte técnica y otra sociolaboral muy individualizada, en la que se trabajan las áreas con más carencias. Por ejemplo, puede haber alguien muy bien dotado para localizar errores, pero con síndrome del folio en blanco a la hora de preparar el informe en el que se detallen todos los errores que ha encontrado», concreta el director de Specialisterne en Sant Cugat. «Es importante, en ese periodo formativo, llegar a conocer muy bien a cada persona, para designarle el trabajo que más encaje con ella», afirma Sistach. «Aquí nos dan un camino de futuro, pero nosotros lo tenemos que  caminar», expresa Luis Quetglas, otro de los empleados de Specialisterne. Nació en Madrid hace 30 años, pero estaba afincado en Galicia hasta que llegó la oportunidad, hace un año, de entrar a trabajar en la empresa de Sant Cugat.

Pero una cosa es haber encontrado una horma para cada zapato, y otra olvidar carencias en las habilidades sociales de las personas con TEA. Para irlas sobrellevando y puliendo, los empleados disponen del acompañamiento de un tutor, un psicólogo especializado en autismo y Asperger que «los visita semanalmente», explica Sistach. «Viene muy bien, porque le puedo comentar mis problemas o si algo me preocupa y me ayuda a mejorar en el entorno laboral», dice Amaia Guerrero.

CRECER Y MULTIPLICARSE/ Uno de los desafíos de Specialisterne, con 20 sedes en 14 países y preparando ya el salto a Latinoamérica, Andorra y Portugal, es «encontrar a jóvenes de 20 a 30 años aún sin diagnosticar, que puede que estén en sus casas sin un camino claro a seguir, desestimando sus capacidades», dice el director de la empresa que cuenta entre sus clientes con HP, Accenture, Everis, IBM o SAP. Specialisterne se plantea llegar a ocupar a un millón de personas en el mundo -por ahora son un millar-, algunos de los cuales tal vez hoy son considerados como niniso frikis en tierra de nadie.