El recibimiento en Barcelona

Las palmas...

Más de un millar de fieles recibieron al Papa en la plaza de la catedral en un ambiente festivo Muchos de ellos no se enteraron de que el Pontífice había entrado en el obispado con un coche oscuro hasta que le vieron en el balcón

Canciones de bienvenida 8 Jóvenes católicos entonan cantos religiosos, ayer por la tarde junto a la catedral de Barcelona, poco antes de que llegara Benedicto XVI.

Canciones de bienvenida 8 Jóvenes católicos entonan cantos religiosos, ayer por la tarde junto a la catedral de Barcelona, poco antes de que llegara Benedicto XVI.

R. JULVE / C. MÁRQUEZ D. PLACER
BARCELONA

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Decenas de ellos se plantaron en la plaza de la catedral cinco horas antes de que llegara el Papa. El resto no tardó mucho más en hacerlo, con banderas del Vaticano a modo de capa, con los ojos brillantes de ilusión y rebosantes de alegría. Fueron más de un millar de fieles llegados de toda España los que soportaron la larga espera con cánticos, rezos y vítores para recibir a Benedicto XVI, cuya entrada en el arzobispado cualBienvenido, mister Marshallgeneró más de un chasco. En un lujoso Mercedes de color oscuro, el Pontífice accedió directamente al edificio por la callejuela situada sobre las escaleras de la catedral y muy poca gente se enteró de que había llegado.

Joseph Ratzinger entró en el palacio arzobispal hacia las 21.43 horas y pocos minutos después se produjo el delirio. Se abrió el balcón principal que da a la plaza y allí apareció, de blanco impoluto, el sucesor de San Pedro.«Sí, sí, sí, el Papa ya está aquí»y«Esta es la juventud del Papa»,cantaron incluso con más fuerza los asistentes. El cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, les había comunicado antes que el Pontífice, por quien pidió que rezaran, había llegado«cansado».Aunque aún tuvo fuerzas de bendecirles y dedicarles en tres minutos unas breves palabras que casi nadie oyó por culpa de los deficientes altavoces.

Alejado de la gente

Tras retirarse Benedicto XVI a sus aposentos, Asunción Rodríguez no pudo esconder su frustración. De nada sirvió la improvisada alocución fuera de protocolo. La mujer, que había llegado con los dominicos de Alcobendas y había esperado pacientemente durante tres horas, exclamó:«Es un engaño. Me siento muy decepcionada. He venido de Madrid solo para verlo, para recibir un saludo. Pero ni eso. Si es embajador de Jesucristo tiene que acercarse a la gente. Creo que tiene un miedo exagerado. Demasiada seguridad».A pocos metros de ella, un sacerdote de origen latinoamericano y otro de la Europa del Este (ambos con relucientes alzacuellos) todavía se preguntaban cómo y cuándo había llegado su líder máximo.

A pesar de que tampoco se enteraron de que el Papa estaba en Barcelona hasta que lo vieron en el balcón, unas escolares procedentes de Bilbao mantuvieron la emoción y la alegría extrema en todo momento. Solo la perdieron cuando vieron a unos vecinos de un balcón de la plaza con una pancarta de la plataforma Jo No T'espero.«Cámbiate de acera, que Dios te espera»,fue su primera frase de reacción. Después, cuando otros fieles se dieron cuenta del cartel, empezaron a entonar un contundente«Yo sí te espero»que acabó derivando en el alzamiento de dedos corazones por ambos bandos y en el lanzamiento de dos o tres latas de refresco por parte de un fervoroso seguidor católico que se olvidó de poner la otra mejilla.

Este incidente y la detención de una mujer que intentó agredir a unos jóvenes que cantaban canciones cristianas fueron las únicas situaciones que alteraron la paz de espíritu de los congregados, que de-soyendo (o ignorando) la petición del Ayuntamiento de Barcelona, mostraron mayoritariamente banderas del Vaticano y enseñas españolas (varias con el corazón de Jesús en el centro).Senyeres solo se vieron cuatro o cinco, y cuando unos chicos se pusieron a cantar elVirolai,la gente que tenían alrededor les miró con cara extrañada.

De CR7 a B16

Más comprensión recibieron los escolares de una congregación mariana madrileña que desembarcaron de tres autobuses con camisetas amarillas en las que en lugar del CR7 de Cristiano Ronaldo mostraban el B16 del Pontífice. Cerca de ellos, una monja recordaba a las niñas a las que acompañaba que no podían empezar a comerse el bocadillo si no se santiguaban antes. Unos metros más allá, otra hermana guiaba a un grupo de unas 25 escolares en el rezo de un avemaría que se prolongó durante más de 15 minutos.

No faltó tampoco la tuna San Luis Gonzaga, que versionó el Que viva Españade Manolo Escobar y lo convirtió en un«Que viva el Papa»muy celebrado por el respetable. Sonaron tambiénClavelitos,El Porompomperoy una salve rociera de lo más solemne, aunque lo más repetido fueron los vítores a Benedicto XVI.

«Tu es Petrus»

Una vez guardados en el cajón de los recuerdos el«Juan Pablo II te quiere todo el mundo»y el «Totus tuus» dedicados a la visita del papa polaco en 1982 -el cartel que cuelga de la catedral dice ahora «Tu es Petrus» («tú eres Pedro)-, los fieles demostraron ayer que gozan de un buen estado de forma en composición de lemas:«Yo soy adicto al papa Benedicto»y«Ese Papa, como mola, se merece una ola»fueron de los más coreados junto a «Benedicto, equis, uve y palito».

También sonó con fuerza otra cancioncilla más elaborada(«Que no somos de aquí, que somos de Bilbao, y queremos que el Papa se sientanta acompañao»), mientras que otro grupo de escolares ya dejó clara una declaración de intenciones para la visita papal del año que viene:«Por el Papa hoy aquí y en agosto en Madrid», gritaron hasta quedarse casi afónicas.