SARRIÀ-SANT GERVASI

La clínica de las maletas

Precisión 8Un empleado repara una maleta en el taller de Ultra Rapit, en el barrio de Sant Gervasi.

Precisión 8Un empleado repara una maleta en el taller de Ultra Rapit, en el barrio de Sant Gervasi.

ÓSCAR HERNÁNDEZ
BARCELONA

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María López se quedó perpleja cuando al ir a recoger su maleta  en la cinta del aeropuerto comprobó que la tapa rígida estaba rajada. Acudió al mostrador de equipaje extraviado y allí le entregaron un certificado de la compañía y la tarjeta de Ultra Rapit (Sant Hermenegild, 23), un taller de reparación de maletas del barrio de Sant Gervasi de donde salió con otra maleta nueva. «No aclaré cómo se rompió, pero salí con otra nueva y gratuita», explica esta viajera.

«La verdad es que siempre intentamos primero reparar la maleta antes de sustituirla por otra nueva. Por eso tenemos cientos de recambios y una maquinaria muy especializada en nuestro taller», dice el propietario de Ultra Rapit, Rafael Santonja, de 52 años, que cambió la orientación de su negocio de reparación de calzado hacia los artículos de viaje por casualidad.

En los despegues

«Yo abrí la tienda de reparación de calzado en 1982 con el nombre de Ultra Rapit para destacar la rapidez del servicio, pese a que en aquellos años la palabra ultra tenía otro significado. Un día vino una clienta mía, empleada de Air France, a preguntarme si podía reparar una maleta y desde entonces no he parado», cuenta Santonja. Su negocio es ahora taller homologado de marcas como Samsonite además de atender a los clientes que le envían unas 30 compañías aéreas.

En el sótano de su empresa, de 700 metros cuadrados, se apilan decenas de maletas usadas con daños. Algunas están pendientes de reparación, aunque se hacen casi al instante, y otras han sido canjeadas por modelos nuevos y serán desmontadas para extraer recambios de modelos similares. «Lo que más se rompe son las ruedas, los cierres y los tiradores telescópicos de arrastre», añade Santonja quien desmiente que el equipaje se rompa por la manipulación de empleados de aeropuertos: «No pueden tirar las maletas porque pesan. La rotura se produce en los despegues, cuando la carga se mueve, y por la presión».

Otras veces se dañan los cierres. Ocurre cuando los servicios de seguridad aeroportuaria intentan abrir equipaje sospechoso. «Existe un cierre especial homologado por EEUU y Gran Bretaña que permite el uso de una llave maestra. También hay candados con este sistema», precisa.

Las maletas nuevas incorporan hasta cuatro ruedas, lo suficientemente blandas para aguantar impactos. Los fabricantes apuestan por la ligereza y la movilidad. Santonja, que tiene otro local de venta de maletas en Via Augusta, recomienda que se adquieran marcas fiables y se eviten las de bajo coste, «que se rompen más». Él lo sabe bien.