Poblenou degusta 152 cervezas artesanales de siete países

Tres días entre birras y amigos. El antiguo barrio industrial de Poblenou se convirtió, el fin de semana pasado, en uno de los encuentros de cerveza más importantes de Barcelona. A tan solo 100 metros de la playa y rodeado de vegetación, se celebró la cuarta edición de la Fira de Cerveses Artesanals del Poblenou (pasaje de Calvell, 2). La propuesta logró atraer a 15.000 personas que consumieron 10.000 litros de cerveza, según los organizadores.

Un vaso de cristal, por tres euros, con el logo de la feria y un folleto con todas las paradas, conformaron el tíquet de entrada para degustar las  152 cervezas artesanales de siete países distintos.

Joaquín Jané, de la Associació Cultural per la Divulgació de la Cervesa Artesana, es uno de los organizadores de esta muestra. "Nuestro objetivo es difundir el mundo de la cerveza artesanal y mostrar, a través de las catas, el proceso de elaboración que tienen", comenta Jané.

Con aforo limitado y con un coste de 3.50 euros, los fabricantes realizaron catas de las distintas cervezas que presentaban en el certamen. "Este año contamos con un total de 38 cerveceros, internacionales como Jopen (Holanda), Brewdog (Reino Unido) y Brunehaut (Bélgica), y nacionales como Menduiña (Galicia), Moska (Cataluña) y Falken Brewing (País Vasco), entre otras", explica Joán.

De madre finlandesa y padre catalán, Sami Claret, de 42 años, es uno de los propietarios de la cervecería Nómada Brewing, premiada como una de las cinco mejores brewers noveles del mundo. "Nuestro objetivo es cuidar el detalle. Este año presentamos la cerveza Paella, elaborada con arroz, azafrán y aceite", comenta Claret.

La feria contó  también con 10 puestos de comida californiana, italiana y portuguesa.

LA COMPETICIÓN

El certamen acogió el Campeonato Nacional de Cervezas, en el que se premiaba a las mejores producidas comercialmente en el estado español. La cervecería La Pirata, de Súria, fue la ganadora del campeonato como la mejor cerveza nacional de 2015. "Tenemos cuatro distintas. Nuestra última creación ha sido Transició, una cerveza un poco ácida y muy refrescante", explica Aran León, de 32 años, propietario de La Pirata. "Lo que buscamos en el público es que se refresque y sobre todo, que disfrute con nuestras elaboraciones", añade.

La feria se despidió el domingo con una clase de zumba cubana.