ENTREVISTA AL CONSELLER DE SALUT

Antoni Comín: "Los hospitales operarán menos cuando haya epidemia de gripe"

ÀNGELS GALLARDO / BARCELONA

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Antoni Comín (Barcelona, 1971), conseller de Salut desde hace un año, se ha propuesto cambiar para siempre la tendencia que cada invierno, cuando llega la epidemia de gripe, satura los servicios de urgencia de los hospitales y frena el funcionamiento general de los centros públicos. Dice que la solución no solo depende de poner más dinero. Se sitúa lejos de su antecesor, miembro del Gobierno de Artur Mas, que aplicó brutales recortes en el sistema. Quiere más presupuesto para la sanidad pública -más del que había antes de la crisis-, y sostiene que ese dinero existe. Asegura que esto no es motivo de discrepancia en Junts pel Si.

–La experiencia de años anteriores, y las medidas que ustedes han adoptado, no están evitando que las urgencias de los hospitales estén siempre al límite. ¿Qué falla?

–Todo es insuficiente. Desde hace unas semanas estoy yendo, sin avisar, a los servicios de urgencia de los principales hospitales. Estamos analizando y diagnosticando en profundidad donde está el problema. Preparamos un Pla Nacional de Urgències que creará unas urgencias capaces de adaptarse a una demanda variable sin causar problemas.

–¿No sirven los planes en marcha?

–Es evidente que son insuficientes. Catalunya dispone de un instrumento para las epidemias de gripe, el Pla Integral de Urgències de Catalunya (PIUC), que consiste básicamente en poner más dinero cuando llega el invierno, para que los hospitales puedan abrir más camas y contratar a más personal. Esto lo mantenemos, y hemos aumentado el presupuesto del PIUC. No es suficiente.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"\"Si fuera una cuesti\u00f3n\u00a0","text":"\"Si fuera una cuesti\u00f3n\u00a0de dinero, ya hubi\u00e9ramos acabado con la saturaci\u00f3n de las urgencias\""}}–¿La apertura de 1.200 camas hospitalarias que reclaman los sindicatos no sería la solución?

–No. Si fuera solo cuestión de dinero para disponer de más profesionales hubiéramos acabado con la saturación en las urgencias, y no es así. Todas las plantas de hospital donde hay una cama, un colchón y la tecnología básica para hospitalizar a una persona, ya están abiertas. No hay camas cerradas. Otra cosa es que en algunos hospitales se desequiparon plantas durante la crisis y ahora no es posible utilizarlas.

–¿Y la ocupación de plantas cerradas que propuso la CUP? 

–Tampoco serviría. Creo que lo de la CUP no fue una propuesta frme. Hablaban de forma retórica o simbólica. Fue una metáfora que, entendí yo, lanzaba una alerta que decía ‘poned todos los recursos’. Pero ya están puestos, y son insuficientes.

–¿Entonces?

Este problema es estructural y muy antiguo. Común al resto de comunidades autónomas y menos grave que en Francia y Gran Bretaña. Esto no se arreglará con diagnósticos simplistas. Hemos de analizar el problema.

–Adelante.

–Un 12% de la demanda que reciben las urgencias de hospital las motivan ciudadanos que no sufren ningún riesgo vital y podrían resolver su demanda en un CAP. Otro 52% necesita una respuesta sanitaria urgente, pero no necesariamente debe ofrecérsela en un hospital: pueden ser atendidos en un centro de urgencias de asistencia primaria (CUAP).

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"\"A veces, estar en un pasillo\u00a0","text":"\"A veces, estar en un pasillo\u00a0es decisi\u00f3n de la enfermera, que quiere tener a la vista al paciente\""}}–Los ciudadanos no suelen saber si su malestar es gravísimo o no.

–No. Ni tienen porqué saberlo. Para eso están los sanitarios que atienden el teléfono 061.

–Ese 64% de personas poco graves no son las que taponan urgencias.

–En efecto. No. Si las canalizamos a CAP o CUAP, las urgencias seguirán llenas. Pero esas son las que aguardan horas y horas en las salas de espera. El resto, están graves.

–Y son muchas.

–Si. Es el tipo de paciente que mas aumenta, y que cuando viene a urgencias está mal: supervivientes de un cáncer, de un ictus, de una patología coronaria o respiratoria complicada… con una gripe se pueden poner fatal. Estos son los que llenan boxes y pasillos. Para algunos de ellos, hemos de crear un circuito desde los CUAP.  Pero no todos los hospitales están igual. 

–Unos están peor que otros.

–A veces es una cuestión de estructura (Bellvitge tiene un área de urgencias nueva y recursos adicionales). Otras veces, depende de la filosofía organizativa: el de Sant Pau es un hospital orientado hacia sus urgencias, y es capaz de drenar y drenar pacientes desde allí hacia las plantas. Hemos de conseguir que los hospitales miren hacia sus urgencias. Hasta entonces –no antes de dos años– habrá problema. Y quisiera decir algo sobre las camillas en los pasillos.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"\"Nadie en Junts pel S\u00ed\u00a0","text":"\"Nadie en Junts pel S\u00ed\u00a0me ha\u00a0dicho que no haga falta m\u00e1s dinero para financiar la sanidad p\u00fablica\""}}–Naturalmente.

–Las camillas, con pacientes, están en los pasillos, a veces, por la poca capacidad de derivar a ese enfermo hacia una planta del hospital. Pero, otras, –insisto, en ocasiones–, esa permanencia en el pasillo responde a la decisión de la enfermera, que quiere tener al paciente a la vista. Más de una vez, teniendo plaza en un box de urgencias, la enfermera decide dejar a un enfermo, sin familiar acompañante, en el pasillo.

–¿Por qué motivo?

-Por la seguridad de ese paciente. Esto me lo han contado las enfermeras. Desde el punto de vista profesional, el pasillo muchas veces es un espacio asistencial más. Si seguimos hablando de los pasillos como algo dramático, nos equivocamos. Y no estos justificando lo injustificable. Se que lo que estoy diciendo es muy polémico. Pero es la verdad.

–Las plantas de ingreso, en cualquier caso, están permanentemente llenas, todo el año.

–Si. Están siempre ocupadas por pacientes operados de procesos no urgentes, programados para reducir las listas de espera. A veces, esas operaciones son suspendidas y reprogramadas para disponer de camas libres. Esto se ve como un error, pero es lógico.

  –No lo es para quien lo sufre.

–Molesta, si. Para no tener que reprogramar la cirugía de pacientes que ya habían sido citados para entrar en quirófano lo que vamos a hacer es distribuir la cirugía no urgente durante el resto del año, de forma que no coincida con los picos de máxima epidemia de gripe en invierno.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"\"Los profesionales\u00a0","text":"\"Los profesionales\u00a0est\u00e1n cansados. La presi\u00f3n asistencial con la que trabajan no es sostenible en el tiempo\""}}–¿En invierno dejarán de operar lo no urgente?

–No digo no operar, sino modular o reducir el volumen de cirugía programada no urgente, de forma que los hospitales operen menos cuando haya epidemia de gripe. Aplicar el sentido común.

–Empeorará la lista de espera.

–No. A eso se le llama eficiencia organizativa. Hemos de distribuir a lo largo del resto del año la programación de las listas de espera quirúrgica. Si hay un momento del año en que necesitamos más camas para absorber la demanda que llega de urgencias, no es lógico poner un gran volumen de cirugía programable en esos meses.

–Esta legislatura será corta. ¿Qué querría dejar como legado?

–Mi objetivo es elaborar reformas que hagan que el sistema sea más justo y equitativo, que garanticen su sostenibilidad. El sistema que tenemos es muy equitativo, tiene mucha calidad y es sostenible, pero está infrafinanciado. Ya lo estaba antes de la crisis y eso se ha de solucionar. El PIB sanitario español y catalán está tres puntos por debajo del que dedican a este tema en Francia o Alemania.

–Salut ha perdido 1.500 millones.

–Entre el 2010 y el 2014. Este año, habremos recuperado 500 si se aprueban los presupuestos.

–Durante la crisis, el Gobierno de Artur Mas aseguró que el sistema es insostenible y llegaron los peores recortes de toda España, en parte, argumentados en que había que hacer “más eficientes” los hospitales. Usted habla de que estaba infrafinanciado. ¿Existe disparidad de visiones sobre este punto en Junts pel Si?

–En absoluto. Nadie me ha dicho que no haga falta más dinero para la sanidad pública. De todo lo que ha hecho la Generalitat en los últimos 35 años, la obra más valiosa es el sistema de salud público. Los ciudadanos lo ven igual. Es la única parte de nuestro estado del bienestar que puede hablarse de tu a tu con lo mejor de este sector en el resto del mundo. No ocurre ni con enseñanza ni con servicios sociales. Nadie quiere que se estropee. Existen recursos, pero se escapan.

–¿Por donde se escapan?

–Tenemos el déficit fiscal mayor de Europa. Un nivel de fradude fiscal, en España y Catalunya, anormal en el entorno europeo. Y un gasto en desempleo que es el mayor de Europa. Son tres alcantarillas que se llevan los recursos. El sistema productivo podría sostener perfectamente la sanidad pública eliminando esos tres agujeros fiscales.

–El Institut Català de la Salut (ICS) perdió 980 médicos y 1.500 enfermeras. Los profesionales trabajan al límite. Y cobran un 25% menos.

–Trabajan con mucha presión, sí. Somos conscientes del desgaste. Me he pasado días enteros hablando con ellos. Hospital por hospital.

–¿Qué le han dicho?

–Que están cansados. Que han sido años muy duros. Que las ausencias no se suplen. En los CAP los médicos han de asumir los pacientes de la consulta de al lado cuando su compañero está enfermo o de vacaciones. Esto tiene un límite.

–¿Qué ocurrirá si esto sigue así?

–Acabará afectando a la calidad de la asistencia que reciben los ciudadanos. Las condiciones en que trabajan no son sostenibles en el tiempo. Aunque parezca un milagro, los resultados en salud no han empeorado. Al contrario, han mejorado.

–¿Qué van a hacer?

–Aumentar las plantillas. Y mejorar los salarios. 

–En la situación actual de saturación de los servicios ¿es posible prescindir de la contratación de actividad a centros privados, la Clínica del Vallés y el Hospital General de Catalunya (HGC)?

–A la Clínica del Vallés no la necesitamos. La actividad que se le contrataba la absorbe perfectamente el Hospital del Parc Taulí. Uno de mis objetivos es desprivatizar la sanidad pública, y ya hemos expulsado del sistema a esos dos centros. La posibilidad de contratarles puntualmente actividad siempre ha existido, pero cuando formaban parte del sistema estábamos obligados a hacerlo.

–¿Qué ocurrirá con el HGC?

–Le seguiremos contratando sesiones de radioterapia. Y mantenemos la oferta de comprar el hospital. Una buena oportunidad para ellos.