ASPIRANTE EN LA CUERDA FLOJA

Tania Sánchez y la batalla de Madrid

La candidata autonómica de IU deberá abandonar la carrera electoral si es imputada por favorecer a su familia

Tania Sánchez, en un mitin.

Tania Sánchez, en un mitin.

IOLANDA MÁRMOL / MADRID

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Era un viernes 13. Junio de 2014. Pablo Iglesias, recién elegido europarlamentario por Podemos, llegó al Congreso dispuesto a recoger su acta de diputado acompañado por su novia, Tania Sánchez. Entonces, ella pasó casi inadvertida y nadie en el tumulto de periodistas le hizo preguntas. Era «la chica de Iglesias» y «alguien de los renovadores» en medio del caos de IU en Madrid. En este medio año, las piezas del puzle de su partido han cambiado tanto que, hoy por hoy, si volvieran a llegar juntos al Congreso, habría un cisma. ¿Por qué?

Tania Sánchez es la candidata de IU a la Comunidad de Madrid, ha ganado las primarias autonómicas y representa a la corriente díscola del partido que dirige Alberto Garzón. Su carrera parecía meteórica, pese a las guerras internas de la organización, pero el escándalo en el Ayuntamiento de Rivas -población del cinturón rojo madrileño y feudo de IU en la región- amenaza con convertirla en un cadáver político.

El Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad de Madrid tiene que decidir si admite a trámite la querella presentada por el PP contra Sánchez, su padre -exedil de Rivas- y el actual alcalde por malversación de fondos públicostráfico de influencias y prevaricación. Si es así, tendrá que abandonar sus responsabilidades al frente de IU. Según el PP, Sánchez favoreció a su hermano Héctor facilitando que el consistorio adjudicase concesiones por valor de 1,2 millones de euros a la cooperativa sociocultural Aúpa, administrada por este.

Las versiones de Sánchez han cambiado desde que estalló el escándalo, coincidiendo con su campaña de las primarias. En un principio negó conocer a qué se dedicaba su hermano, pero finalmente admitió que no se había inhibido en el proceso. Se justificó arguyendo que su presencia no fue determinante en la adjudicación. En medio del escándalo, la federación madrileña parece estar al borde de la desintegración. Ayer dimitió un concejal de IU en Rivas afín a Sánchez, Jorge García Carrasco, «para seguir trabajando por la unidad popular».

El factor Ganemos

Carrasco ha colaborado con Ganemos y todo apunta a que podría integrarse en esa candidatura. La pregunta ahora es si Sánchez resistirá los ataques en IU o prepara también su salida para incorporarse a otra marca. Su entorno solo cuenta que quiere dedicar unos días a «reflexionar asuntos familiares» y desmiente que el adiós de Carrasco vaya a suponer un «goteo planificado de dimisiones». En medio de la guerra entre facciones, está pendiente la decisión judicial. Garzón parece haber decidido apoyar a Tania hasta el final, a pesar del peligro de ser arrastrado hacia el agujero negro de la irrelevancia.