LA PRECAMPAÑA POPULAR

Rajoy vindica su legado frente al 'milagro económico' de Rato

El líder del PP califica a Iglesias y Rivera de «enemigos» de la recuperación

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, saluda a los jóvenes asistentes al acto de precampaña del PP, ayer en Salamanca.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, saluda a los jóvenes asistentes al acto de precampaña del PP, ayer en Salamanca.

PATRICIA MARTÍN / SALAMANCA

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Pese a que en el PP cunde el pánico ante el temible efecto que el 'caso Rato' pueda tener en las urnas, Mariano Rajoy no hizo ni una referencia ayer a la corrupción, en un acto de precampaña en Salamanca. Quizá deja para hoy su opinión sobre la polémica detención del que fuera vicepresidente económico del Gobierno y los nervios que ha desatado en el PP, dado que, por primera vez en la legislatura, se somete a un desayuno informativo abierto a las preguntas de la prensa. No obstante, el jefe del Ejecutivo dejó caer que su gestión económica no tiene nada que envidiar al 'milagro económico' que durante años su partido ha atribuido a Rodrigo Rato.

«El Gobierno ha conseguido darle la vuelta a la situación en dos años y medio, como nadie lo ha hecho nunca en nuestro país», reivindicó en un acto en el que compartió protagonismo con jóvenes militantes y candidatos populares, con el objetivo de vender sus políticas de empleo juvenil. Tras unos días en los que las cuitas internas en el Gobierno y en el PP han aflorado sin control, Rajoy trasmitió a los suyos que se siente «orgulloso de presidir el PP». Y, en un intento de sembrar la paz, agradeció el trabajo de ministros, parlamentarios y los miles de cargos que «en los momentos difíciles enarbolan la bandera del PP».  Previamente, los dirigentes locales de Salamanca le mostraron su apoyo en una campaña que, reconocieron, es «de todo menos fácil y sencilla».

LOS ATAQUES AL RESTO

En este contexto, Rajoy erigió al PP como una fuerza «municipalista» capaz de presentar candidatos en toda España, al contrario que Ciudadanos, adonde se fugan la mayoría de descontentos con su gestión y al que el presidente tiene en su diana. Consciente de que no puede atacar frontalmente a Albert Rivera, dado que, como admiten en el PP, «cae bien» entre sus votantes, Rajoy se centró en criticar sus propuestas, como la de subir el IVA de los productos básicos. «El enemigo del cambio es la frivolidad», alertó en referencia a Ciudadanos, a Podemos y al PSOE.