LA POLÍTICA

El PSOE pide a Rajoy que emule a Aznar y modifique la reforma

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, junto a la ministra de Empleo, Fátima Báñez, ayer en el Congreso.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, junto a la ministra de Empleo, Fátima Báñez, ayer en el Congreso.

JUAN RUIZ / MADRID
FIDEL MASREAL / BARCELONA

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El PSOE pidió ayer a Mariano Rajoy que acepte llevar a cabo modificaciones a la actual reforma laboral. El exministro de Trabajo del último Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, Valeriano Gómez, propuso al Gobierno abrir un período de diálogo y negociación, y puso como ejemplo al expresidente José María Aznar, que en el 2002 aceptó modificar la reforma del mercado de trabajo aprobada entonces. «No solo cambió la composición del Gobierno, sino que produjo una fructífera negociación con los agentes sindicales», recordó Gómez.

Pero más allá de este emplazamiento, el paro general ha provocado dilemas en el PSOE desde antes incluso de que fuese anunciado. Los socialistas no lo secundaron porque consideran que un partido «responsable y de gobierno» no debe hacer huelgas, pero se solidarizaron con ella. Salvo la diputada catalana Isabel López Chamosa, que participó en la manifestación de Barcelona, todos sus diputados acudieron ayer al Congreso, pero muchos de ellos llevaban días argumentando que debían hacer algún gesto en el día de la protesta contra la reforma laboral, una medida que ocupa el centro de la diana opositora del PSOE. Al final, después de intensas discusiones, hicieron dos cosas.

DESDE EL ESCAÑO / Primero, justo antes de que comenzase el pleno, su portavoz, Soraya Rodríguez, leyó un manifiesto que señalaba que la convocatoria estaba «justificada» y expresaba su «solidaridad» con los trabajadores que participaron en ella. Después, ya en el hemiciclo, los parlamentarios socialistas intervinieron desde su escaño y no, como se hace siempre, desde la tribuna, para subrayar así la excepcionalidad de un día que les obligó a llevar a cabo complejos ejercicios de equilibrismo. Los diputados socialistas se limitaron a acudir al hemiciclo para intervenir o votar. El resto del tiempo se ausentaron de los debates.

El PSOE ha estado representado en todas las marchas que ha habido contra la reforma laboral, pero nunca por medio de sus primeras figuras. «No queremos quitar protagonismo a los sindicatos», señalan en el partido cuando se les pregunta por qué no han participado en ninguna de las protestas ni el líder del partido, Alfredo Pérez Rubalcaba, ni su número dos, Elena Valenciano.

El líder de Izquierda Unida, Cayo Lara, sí acudió a la manifestación de Madrid. Lara calificó de «éxito total» el seguimiento de la huelga y pidió al Gobierno la retirada del proyecto. Los líderes de ICV y ERC, Joan Herrera y Oriol Junqueras, participaron, a su vez, en la marcha celebrada en Barcelona. La delegación del PSC la encabezó el portavoz del partido, Jaume Collboni.

PASE LO QUE PASE, FRACASO / Entre las interpretaciones políticas, destacó la particular lectura de la huelga que hizo el líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, quien afirmó por la mañana que la movilización sería un «fracaso» independientemente de la participación que finalmente cosechara, porque «el Gobierno no va a cambiar la reforma laboral».

Duran, además, mostró su oposición a secundar el paro: «Quiero que quede bien claro que hoy trabajaré más que nunca», afirmó en una entrada en su blog. El democristiano explicó que una joven le llamó «esquirol y sinvergüenza» por ir a trabajar. Y añadió que la parte correspondiente de su sueldo de ayer la transferirá a Cáritas.