BARÓMETRO DEL CIS

Podemos ya es segunda fuerza a costa del fuerte retroceso del PSOE

JUAN RUIZ SIERRA / MADRID

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha publicado este jueves un estudio que supone una pesadilla para el PSOE, cierta tranquilidad para el PP y la confirmación para Podemos de que su proyecto continúa en ascenso. Si las elecciones generales se hubieran celebrado a comienzos del pasado enero, periodo en el que se llevaron a cabo las casi 2.500 entrevistas del barómetro, los socialistas entrarían en terreno desconocido, la tercera posición con el 22,2% de los votos, por detrás del nuevo partido (23,9%) y los populares (27,3%).

Pese al desempleo, los recortes y los escándalos de corrupción, el PP ganaría las elecciones con 3,4 puntos de ventaja sobre su competidor más inmediato. Ningún partido amenaza el espacio de los conservadores. Los dos llamados a capitalizar el descontento de sus votantes, UPD y Ciudadanos, solo lograrían, respectivamente, el 4,6% y el 3,1% de los sufragios. Por debajo se hallan tanto CiU (3%) como ERC (1,6%).

En la izquierda se viven movimientos sin precedentes. En solo un año de vida, sin experiencia de gobierno y sin escaños en el Congreso, Podemos aparece en el barómetro del CIS como el único partido que puede contestar la hegemonía del PP. El primer aviso serio llegó en noviembre, cuando el organismo público colocó a las siglas que lidera Pablo Iglesias en primera posición en voto directo. Al cruzar la respuesta de los encuestados con variables como el recuerdo de voto, su fidelidad y la simpatía que despiertan los líderes, el estudio, sin embargo, daba a Podemos una estimación del 22,5% de los sufragios frente al 23,9% del PSOE y el 27,5% del PP, que baja dos décimas en tres meses.

INESTABILIDAD

La nueva encuesta lleva esta tendencia un paso más allá. Podemos continúa liderando el voto directo (19,3%, a mucha diferencia del 12,9% de los populares y el 12,4% del PSOE), pero en estimación, que según los expertos es el cálculo más fiable para anticipar un desenlace electoral, ha devuelto a IU-ICV a sus porcentajes habituales (obtendría ahora el 5,2% de los votos) y desbancado a los socialistas, quienes hasta ahora no han dado con una estrategia definida frente al nuevo fenómeno y se encuentran, de nuevo, en pleno proceso de inestabilidad interna. Cada día está más cerca la posibilidad de que Susana Díaz, presidenta andaluza, intente convertirse en candidata a la Moncloa, apartando al secretario general, Pedro Sánchez, si logra un buen resultado en los comicios de su comunidad, adelantados al 22 de marzo.

El principal dato positivo al que puede agarrarse el partido de Sánchez es la valoración de su líder. Entre los principales dirigentes, el jefe de la oposición es el mejor visto por los ciudadanos. Obtiene un 3,68, muy por delante del 2,24 de Mariano Rajoy, presidente de un Gobierno donde el mejor valorado de sus miembros, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, logra un 3,1.

Más allá de estas puntuaciones, los socialistas vislumbran un panorama sombrío. El partido lanzó ayer la consigna de que aún queda mucho para las generales de finales de año, que la encuesta en sí misma no es tan importante y que el PSOE es el partido que más simpatía despierta y el más cercano a la ideología de la mayor parte de los ciudadanos. Es un dato relevante, pero aún lo es más el de voto más simpatía, que engloba a quienes ya han decidido apoyar a un partido y a los que se sienten cerca de determinadas siglas pero no tienen claro a quién apoyar. Aquí gana otra vez Podemos con claridad (21,1%), aunque el PSOE se sitúa en segunda posición (16,6%), por delante del PP (15,4%).

LA COINCIDENCIA

Hay algo en lo que coinciden conservadores y socialistas. Sus dirigentes aseguran en privado que sondeos como este no prefiguran gran cosa porque el malestar social provoca que los encuestados digan que votarán a Podemos. A la hora de la verdad, continúa esta tesis, cuando llegue la cita con las urnas, apoyarán a siglas conocidas. Principalmente, al PSOE. Pero el estudio insufla tranquilidad al PP, pese a su descenso continuado, mientras aumenta el nerviosismo de los socialistas. El barómetro sirvió tanto a los críticos con Sánchez para sostener que hay que cambiarle por Díaz como a los defensores del secretario general, que vieron en la encuesta la prueba de que el ruido interno perjudica a todo el partido.

El escenario del sondeo pone los pelos de punta al PSOE, que se vería en la tesitura de apoyar al PP o a Podemos. El nuevo partido, mientras tanto, se retrató a sí mismo como la única barrera ante el PP, deslizando la idea de que España, en el fondo, vive el inicio de un nuevo bipartidismo.