Cambios en la Carta Magna

Montilla persuadió al PSOE para subir el tope autonómico

Rubalcaba se dirige a la prensa en la sede central del PSOE, ayer.

Rubalcaba se dirige a la prensa en la sede central del PSOE, ayer.

MANUEL VILASERÓ
MADRID

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La vicepresidenta económica, Elena Salgado, encendió la mecha de la reforma constitucional en una tarde de inicios de este mes de agosto, en plena tormenta financiera sobre la deuda española, al encargar a sus asesores un informe jurídico sobre cómo acometer el cambio. Ahí su papel fue clave, pero en la recta final de la negociación «la número dos del Gobierno no ha aparecido para nada», según relatan fuentes socialistas. Pocas horas después de que José Luis Rodríguez Zapatero lanzara la bomba informativa en el Congreso, la cúpula del partido decidía en una comida que su nuevo líder, Alfredo Pérez Rubalcaba, tomaba las riendas de una reforma que amenazaba con llevarse por delante buena parte de la credibilidad de su candidatura. Él se había opuesto reiteradamente ante el presidente («tenía reticencias», admitió ayer), pero Zapatero no le dejó otra salida al comunicarle que ya tenía un principio de acuerdo con el presidente del PP, Mariano Rajoy.

«Desde esa misma tarde, el equipo negociador, formado José Antonio Alonso, Francisco Fernández Marugán y varios asesores, se instaló en el despacho de Rubalcaba. Solo salían para acudir a las reuniones con los negociadores del PP, Soraya Sáez de Santamaría y Cristóbal Montoro. Su objetivo era dar un giro total a las conversaciones, y había una línea roja: la Constitución no podía consagrar para siempre una cifra determinada de déficit», señala uno de los negociadores socialistas.

Los dos papeles que se habían encontrado, el del Gobierno, elaborado por el equipo de Salgado, y el del PP, coincidían: el tope de déficit figuraría en la Constitución y sería del 0,35% para el conjunto de las administraciones y del 0,10% para las autonomías. «Convencer al Gobierno para cambiar eso no fue difícil, pero hacerlo con el PP fue más fácil de lo previsto», dicen las mismas fuentes.

SIN CONFLICTOS / La negociación no se encalló nunca seriamente. «Hemos tenido la impresión de que al PP le valía con el pacto, fuera el que fuera, porque era su gran triunfo de final de legislatura», explican los interlocutores. Lo que admitieron más rápidamente fue sacar las cifras de la reforma constitucional y trasladarlas a la ley de estabilidad. «La mañana del miércoles ya habían respondido positivamente», añaden.

Acordar la cifra exacta fue más arduo. Rubalcaba pugnó por subir el tope de déficit hasta el 0,4%. Para lo relativo a las autonomías, a quien más llamó fue al líder del PSC, José Montilla, quien acabó persuadiéndole para que elevara el techo. «Con elexpresident habló todos los días. Por eso aumentó el déficit de las autonomías del 0,10% al 0,14%», explican fuentes de su entorno.

Lo único que acabó enfrentando al PP y al PSOE fue la difusión del acuerdo. Los populares se saltaron lo pactado al enviar unas declaraciones de Sáenz Santamaría a las televisiones y el PSOE tuvo que improvisar una réplica de Elena Valenciano.