Cambios en la Carta Magna

La consulta depende de CiU, el PSC y varios díscolos del PSOE

JOSE RICO
BARCELONA

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Aunque el realismo obliga a ser más bien pesimista, los grupos minoritarios de las Cortes no pierden la esperanza de forzar un referendo sobre la reforma de la Constitución pactada entre el PSOE y el PP. «No estamos tan lejos», proclamaba esta semana el líder de ICV-EUiA, Joan Herrera. En efecto, la distancia numérica es más bien corta, pero las expectativas reales de alcanzar las firmas requeridas tampoco es muy alta. Dando por buenas las posiciones expresadas ya por algunos partidos, los defensores de la consulta no solo necesitan el apoyo de CiU, sino también la rebeldía de algunos parlamentarios socialistas. Una adhesión que resulta mucho más compleja que la de los nacionalistas. En todo caso, la llave está, sobre todo, en manos de los diputados y senadores catalanes.

Según fija la Carta Magna, el plebiscito exige el respaldo del 10% de los miembros del Congreso o del Senado, esto es, 35 diputados o 26 senadores. Las fuerzas minoritarias en la Cámara baja suman 29, pero en ese grupo ya ha habido una deserción. UPN, el partido navarro segregado del PP a media legislatura, confirmó ayer su rechazo a la consulta. El PNV, ERC, IU-ICV, Coalición Canaria, BNG, UPD y Nafarroa Bai -17 escaños en total- reclaman el referendo y esperan sumar a su causa a los 10 diputados de CiU. Su líder en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, abogó ayer por votar la reforma, pero la federación no tomará una decisión firme hasta el lunes, cuando se reúna su ejecutiva. Si CiU suscribe la consulta, solo faltaría convencer a ocho díscolos del PSOE.

El PSC también fijará su posición el lunes. Se da por hecho que, como es habitual, ninguno de sus 25 representantes en la Cámara baja romperá la disciplina de voto del PSOE. Pero uno de ellos, Sixte Moral, se pronunció ayer a favor del referendo. El objetivo de los grupos minoritarios es atraer a aquellos diputados socialistas de marcado perfil izquierdista que discrepan de la reforma. Izquierda Socialista, la única corriente interna del PSOE, no descarta que sus tres diputados secunden la petición. Y aún más crítico con los cambios es Antonio Gutiérrez, exdirigente del sindicato CCOO.

10 votos fundamentales

Pero más determinante todavía es la posición del PSC en el Senado. En la Cámara alta, los 10 senadores socialistas catalanes no están en el grupo del PSOE, sino que comparten con Esquerra e Iniciativa la Entesa Catalana de Progrés. Si CiU se decanta por el sí, las 10 firmas del PSC serán claves para forzar una consulta que ya cuenta con 11 avales, los que suman el PNV, ERC, ICV, Coalición Canaria y el BNG. En la Entesa Catalana hay libertad de voto, pero los socialistas catalanes únicamente se han desmarcado del PSOE en unas cuantas votaciones sobre asuntos que afectaban a Catalunya.