Cita con las urnas La precampaña catalana 27-S

Junts pel Sí alerta de que el 'no' es un apoyo a Aznar

VUELTA AL TRABAJO3 La vicepresidenta Neus Munté y el 'president' Artur Mas, durante la primera reunión del Govern después del paréntesis de las vacaciones de verano.ESPADALER, EN BERGA3 El candidato de Unió visitó el proyecto del

VUELTA AL TRABAJO3 La vicepresidenta Neus Munté y el 'president' Artur Mas, durante la primera reunión del Govern después del paréntesis de las vacaciones de verano.ESPADALER, EN BERGA3 El candidato de Unió visitó el proyecto del

FIDEL MASREAL / Barcelona

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Los integrantes de la candidatura independentista Junts pel Sí disponen ya de un argumentario con el que la lista quiere fijar cuatro mensajes claros: el Estado español está «en contra de Catalunya» y trata a sus ciudadanos injustamente; Junts pel Sí es transversal y el president Mas «está preparado para el liderazgo» de la nueva etapa; todo lo que no sea votar a esta lista y a favor de la independencia favorece a Aznar y Rajoy y significa «menos políticas sociales», y «la manera de acabar con los recortes es con un Estado propio».

El documento, repartido en la sesión de trabajo que reunió ayer en el recinto del Hospital de Sant Pau a los candidatos, y al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, da pistas sobre las claves de esta candidatura. Por ejemplo, sobre la necesidad de agrupar votos apelando a las consecuencias de no hacerlo.

EL 'NO' Y LAS POLÍTICAS SOCIALES / Consecuencias nefastas, según el texto: «Todo lo que no sea un voto al Sí será contado como un voto al No. El No es la victoria del PP menos democrático que recogía firmas contra los catalanes. El No es aumentar los maltratos a Catalunya. El No son menos políticas sociales, menos inversiones, menos autogobierno y más maltratos a la cultura catalana». Un mensaje que cita explícitamente al expresidente del Gobierno del PP: «La victoria del No es la victoria de Aznar y Rajoy. Si gana el No, la España de Aznar se sentirá más fuerte que nunca». Un mensaje que, salvando las distancias, recuerda la campaña del PSC de «si tú no vas, ellos vuelven», en relación al PP, en las elecciones generales del 2008.

El documento evita referencias al resto de contendientes, salvo el PP. Se centra en describir ejemplos del «maltrato» del Estado a Catalunya y  vincula en todo momento justicia social con independencia. Hasta el punto de que en la conclusión del texto, una breve mención a la política social, se afirma que «sin las herramientas de Estado no se puden hacer las políticas sociales que nuestro Estado del bienestar necesita. La manera de acabar con los recortes es con un Estado propio».

Otro de los elementos que Junts pel Sí pide a sus candidatos que destaquen es el papel del president Mas. En una precampaña durante la cual se ha discutido y se sigue discutiendo sobre el hecho de que el candidato a la reelección no encabece la lista ni, en principio, protagonice los debates, el argumentario deja claro que Mas «está preparado para el liderazgo» de la nueva etapa. Y elogia sin paliativos su actuación no solo en relación al soberanismo sino a su gestión en un asunto espinoso, como es la corrupción: «Goza de prestigio internacional, ha escuchado el clamor del pueblo y ha asumido todos los riesgos necesarios para llegar hasta aquí. Además, construir un país nuevo significa transparencia y regeneración democrática, y su trayectoria y la reacción clara y sin paliativos ante los casos de corrupción que se han producido nos muestra su voluntad inequívoca de combatir la corrupción y regenerar la democracia». Un texto que ni el más entusiasta militante de CDC redactaría de forma más laudatoria.

Se trata, también, de reivindicar que la lista representa la «transversalidad de la sociedad catalana», con gente diversa que, «por encima de ideologías», defiende «la libertad y construir un Estado nuevo».

El cabeza de lista, Raül Romeva, comenzó ayer a interpretar este mensaje en una comparecencia tras la sesión de trabajo interna en la que se sucedieron las intervenciones en tono positivo. Ante los medios de comunicación, Romeva orilló temas espinosos (como la permanencia o no en la UE de una Catalunya independiente) para centrarse, precisamente, en el argumentario.