Begoña Gómez, la mujer de Pedro Sánchez, entra en campaña

El candidato del PSOE busca el voto moderado apelando a la bandera y la figura de la primera dama, una bilbaína experta en márketing

Begoña Gómez y Pedro Sánchez, el domingo en la presentación del candidato socialista.

Begoña Gómez y Pedro Sánchez, el domingo en la presentación del candidato socialista.

NOELIA SASTRE

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Si hace solo unos meses buscabas «Begoña Gómez» en Google, la posibilidad de encontrar a la mujer de Pedro Sánchez era tan remota como dar a la primera con el teléfono de su marido en las páginas amarillas. Nombres comunes para una pareja de cuarenta y pocos, padres de dos niñas (Ainhoa, 10 años; Carlota, 7), altos y guapos. Una bandera de España, un vestido rojo (como la rosa socialista y la corbata de su esposo), un acto de proclamación televisado y un saludo con el pulgar hacia arriba después, y el nombre de esta mujer aparece en cientos de páginas que hablan sobre su trabajo, su boda en el 2006 con el candidato del PSOE a las generales (oficiada por Trinidad Jiménez), su primer pisito en el barrio madrileño de La Latina, su casa en Pozuelo o su afición al aeróbic y el pilates.

Dicen desde el equipo de Sánchez que los teléfonos echan humo: los medios piden entrevistas con ella, que de momento no están atendiendo. Pero si el candidato ha querido llevar a su esposa al primer plano, a diferencia de una inquilina de la Moncloa tan fuera de foco como Elvira Fernández, puede que no tardemos en ver a esta bilbaína de 43 años protagonizando portadas.

A Begoña le pusimos cara hace ahora un año en un vídeo titulado ¿Quién es ese tal Pedro Sánchez? «Fui con unas amigas a una fiesta y allí me presentaron a Pedro. Fue un flechazo, la verdad. Nos gusta mucho ir a conciertos, La Habitación Roja, Björk… A Pedro le encanta Granada y siempre que podemos vamos a la Alhambra. Le encanta la playa y el deporte es una de las cosas que quiere inculcar a las niñas, junto con la lectura. Ellas van a un colegio público», cuenta Begoña Gómez, directora de Task Force, empresa especializada en la creación y gestión de redes alternativas de ventas.

Begoña estudió márketing en ESIC y ha dado clases en la escuela de negocios EAE y en la Universidad Complutense. Quienes trabajan con ella subrayan «su iniciativa y ganas de hacer cosas». La estrategia comercial es lo suyo. También la captación de fondos para oenegés, con 14 años de experiencia en el fundraising«Gracias a mi trabajo con diferentes sectores y productos, he adquirido la habilidad de saber cambiar de registro en función del cliente o perfil que tengo delante», apunta sobre su labor profesional. Puede que esa cintura le ayude como consorte en la política, una tarea de la que Cherie Blair, esposa del exprimer ministro británico, decía: «Como primera dama debes aprender a viajar en al asiento de atrás».

No es militante

Begoña, que repartió su infancia entre Bilbao y Valderas, el pueblo leonés de su familia, no milita en el PSOE. Pero los expertos en comunicación política creen que hay que importar esa tradición de la cultura americana en la que los candidatos muestran su vida familiar porque aporta información sobre sus valores. Que esta puesta en escena los humaniza. Que mujeres como Michelle Obama suman.

Desde el PSOE señalan a Verónica Fumanal como la artífice del cambio. Ella, que antes de trabajar con Sánchez lo hizo con Albert Rivera, fue quien sugirió la famosa llamada del candidato al programa de Jorge Javier Vázquez. O su presencia en el espacio de Jesús Calleja, con quien se subió a un generador a 70 metros de altura y abrió las puertas de su hogar. «Es la primera vez que hay cámaras en casa… Y quizá la última», bromeó la mujer de Sánchez, que habló de sus nuevas responsabilidades y de que preferiría quedarse donde está en lugar de mudarse a la Moncloa, en caso de que los socialistas ganen las generales. Cada vez les queda menos para saberlo.