primera reunión de la ejecutiva tras el parón navideño

El PSC abre la puerta a un duelo entre Hereu y Tura por Barcelona

José Montilla, Miquel Iceta y Jordi Hereu, durante la reunión de la ejecutiva socialista, ayer en Barcelona.

José Montilla, Miquel Iceta y Jordi Hereu, durante la reunión de la ejecutiva socialista, ayer en Barcelona.

NEUS TOMÀS
BARCELONA

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La ejecutiva del PSC se reunió ayer por primera vez después de las vacaciones navideñas y lo hizo con la mirada puesta en las municipales de mayo. La dirección acordó abrir el proceso de candidaturas a los ayuntamientos con la incógnita del alcaldable de Barcelona. Jordi Hereu quiere repetir y para ello cuenta con el apoyo de su federación. Solo hay un problema: todos los sondeos le pronostican un resultado catastrófico. De ahí que el partido haya llegado a la conclusión que la solución pasa por favorecer unas primarias. De momento la única dirigente dispuesta a dar la batalla por Barcelona e intentar salvar al PSC de una previsible derrota es Montserrat Tura.

En la reunión de la dirección, tanto Ernest Maragall como Tura reclamaron una «reflexión» sobre la estrategia a seguir en la capital catalana. Laexconselleraexigió explícitamente al secretario de organización, José Zaragoza, que no impida la celebración de unas elecciones primarias. El proceso para presentar candidaturas se inicia formalmente este sábado y durará tres semanas. Después, las respectivas federaciones elegirán a sus alcaldables y la proclamación oficial será a principios de marzo. Por último, una convención se encargará de aprobar las directrices programáticas.

En la reunión de ayer, Hereu no intervino, mientras que José Montilla reconoció que el partido «debe tomar» una decisión sobre Barcelona, una afirmación que algunos asistentes interpretaron como un mensaje a la federación controlada por Carles Martí para que no obstruya el relevo. Martí ayer se reafirmó en que Hereu es su candidato, pero en un gesto insólito hasta ahora se comprometió a «facilitar el camino» a otros posibles aspirantes. «No sé si habrá otros compañeros o compañeras del partido que quieran encabezar la candidatura del PSC en Barcelona pero, en tanto que primer secretario en Barcelona, veo con absoluta simpatía la posibilidad de que haya otros aspirantes», afirmó. Tura está dispuesta a asumir el reto siempre y cuando no se la presente como una candidata impuesta por la dirección (una premisa que asume como propia incluso la cúpula del PSC) y tenga un apoyo importante de la militancia y de una federación, la de Barcelona, que durante estos meses ha mantenido un pulso con la cúpula del PSC para asegurarse que Hereu repetiría como candidato.

En privado más de un dirigente reconoce que el tiempo juega en contra de los intereses socialistas y que cuanto más tarden en tomar una decisión sobre Barcelona peor le puede ir al PSC. Entre los más inquietos destacan algunos alcaldes que consideran que el debate sobre la candidatura barcelonesa perjudica a los intereses del partido en el resto de ciudades. Fuentes del PSC subrayan que la decisión respecto a la táctica a seguir en la capital la diseña directamente Montilla. El primer secretario cenó con Hereu hace dos semanas pero del encuentro no trascendió ninguna decisión.

En la primera ejecutiva del año también se constató la necesidad de reconstruir puentes con sectores que en las autonómicas han dado la espalda al PSC. Alcaldes como el de Lleida, Àngel Ros, y el de Sabadell, Manuel Bustos, y dirigentes como Marina Geli subrayaron que las municipales son una oportunidad para tejer nuevas complicidades con antiguos votantes.

EL 'CASO MASCARELL' / Entre los sectores que la dirección del partido se propone reconquistar están intelectuales y representantes del mundo de la cultura, después de que su principal interlocutor, Ferran Mascarell, haya optado por trabajar a las órdenes de CiU. Montilla detalló ante la dirección del partido cómo fueron sus conversaciones con Mascarell y explicó que en la primera charla le comunicó su intención de disputar a Hereu la candidatura por Barcelona. Y la segunda, -después de que Artur Mas advirtiese al líder del PSC de sus intenciones-, fue cuando Mascarell le confirmó que estaba estudiando una oferta de CiU.

Superado el enfado inicial y las críticas subidas de tono, la dirección socialista acordó ayer acabar con los «ataques innecesarios» a su antiguo compañero. «Tiempo habrá cuando empiece la actividad parlamentaria», argumentó un dirigente.