MI HERMOSA LAVANDERÍA

'True love'

Dominical 687 Humans Coixet

Dominical 687 Humans Coixet / periodico

ISABEL COIXET

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¿Y si un día te despertaras y en vez de una cajera de supermercado fueras un gato con superpoderes? ¿Y si, de repente, todos los ríos del mundo se helaran y pudieras patinar desde el Volga hasta el Tajo? ¿Y si una mañana todos los ciegos del mundo recuperaran la visión? ¿Y si las ranas se pusieran a cantar con la voz de Adriano Celentano? Estas son algunas de las premisas con las que juega la máquina What if, creada por un grupo de expertos y científicos, capitaneados por el doctor Simon Colton, del Goldsmith Institute. Proponen a la máquina hipótesis descabelladas, entre Kafka y Walt Disney, y esta genera un programa con el escenario al que darían lugar tales supuestos. La máquina debe aprender de los humanos que la programan, y lo hace. A una velocidad inimaginable. Y los resultados son fascinantes. Ahora mismo, en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB), podemos asistir a varias estimulantes propuestas como esta, que forman parte de la magnífica exposición 'Humans'.

Una visita detenida nos pone frente a un espejo en el que no siempre es fácil mirarse. Y una pregunta sobrevuela todas las diferentes áreas de la muestra: en el fondo, ¿qué es lo que nos hace humanos? ¿La piel? ¿La estatura? ¿La capacidad de placer? ¿El dolor? ¿La empatía? Las respuestas debemos elaborarlas nosotros a partir de los materiales de todo tipo que se nos ofrecen en 'Humans'. Miembros artificiales, a caballo entre la técnica y el arte, nos enseñan que un ser humano con prótesis labradas de marfil seguiría siendo humano. Aimee Mullins, la atleta con prótesis en ambas piernas, explica en una charla cómo transcurre su vida cotidiana. Un documental, rodado con un extraordinario sentido del humor sobre diez víctimas de la talidomida, es un testimonio de primera mano de una vida plena sin brazos, sin piernas, sin orejas. El creador, Arne Hendricks, cuestiona el principio del crecimiento: ¿qué pasaría si en vez de ser más y más alto el ser humano fuera disminuyendo de tamaño, como en la película 'El increíble hombre menguante'? ¿Cómo nos adaptaríamos al entorno? ¿Sería una opción mejor que el crecimiento desenfrenado? ¿Podríamos disminuir el impacto en la naturaleza, optimizar recursos y acabar con el hambre? Un cruasán gigantesco preside una mesa de trabajo con el lema 'Small is beautiful'. No tengo ninguna duda de que si midiéramos solo 50 centímetros trataríamos con mucho más respeto lo que nos rodea. Mucho más.Y hasta podríamos jugar de igual a igual con nuestros perros.

Una pieza impactante es la montaña rusa eutanásica: un prototipo de estética casi gótica donde aquellos que quieren morir se suben en grupo y son sometidos a un trayecto en el que antes de partir pasarán por varios estados de éxtasis y trance. Una vía para la eutanasia voluntaria que me parece infinitamente más divertida que el cuarto gris con flores de plástico y el vaso de agua con pastillas que te ofrecen en la asociación Dignitas en Suiza. También se exhibe un ejemplar de la novela rusa 'Amor verdadero' ('True love'), el primer libro escrito por un robot con el algoritmo creado por Alexander Prokopovich. Define la obra como una trama a lo 'Anna Karenina', pasada por el tamiz de Haruki Murakami. En realidad, es un texto aburrido a más no poder, con frases como “Kitty no pudo conciliar el sueño durante mucho rato. Sus nervios estaban tensos como dos cuerdas de guitarra”. Cuando los robots logran ser tan cursis como Barbara Cartland significa que el fin de la raza humana, tal como la conocemos, está mucho más cerca de lo que creíamos.