ESTRATEGIAS DE COMUNICACIÓN POLÍTICA

¿Tercera vía o indefinición?

"La división de las dos almas de los socialistas es más evidente que nunca y las consecuencias de esta son todavía impredecibles"

Pere Navarro y Maurici Lucena salen, anoche, de la reunión del grupo parlamentario del PSC.

Pere Navarro y Maurici Lucena salen, anoche, de la reunión del grupo parlamentario del PSC. / periodico

Verónica Fumanal Callau

Verónica Fumanal Callau

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Durante esta última semana hemos podido observar la pertinaz insistencia deCiU, ERC eICVpara que el PSC se sume al sector que ha impulsado y que votará afirmativamente la propuesta deresolución soberanista. También, elPP yCiutadans han aprovechado sus oportunidades mediáticas para pedir responsabilidad alPSC para que se una a su bando. Sin embargo, el PSC ha optado por la vía intermedia y presentar una propuesta propia: acordar una consulta con el Gobierno central, admitiendo que Catalunya es un sujeto político, pero evitando el concepto de sujeto jurídico o de soberanía.

Estratégicamente, para el sector impulsor de la propuesta de resolución soberanista era fundamental incluir al PSC. En primer lugar, suponía mantener el bloquecatalanista-soberanista unido frente al PP y Ciutadans, dos partidos que son acusados de traición a la causa y de minoritarios. Y en segundo lugar, suponía continuar jugando a la guerra del blanco o negro, sin matiz de grises.

El coste que el PSC está pagando por aguantar de forma solitaria en esta tercera vía es considerable. La división de las dos almas de los socialistas es más evidente que nunca y las consecuencias de esta son todavía impredecibles. Parece que el debate interno, además de producirse en el seno del partido, está aflorando en la escena pública a través de las redes sociales, donde durante estas semanas cada alma ha intentado dejar claro su posicionamiento, hasta el punto de pedir libertad de voto en la votación del 23 de enero.

Posición intermedia

Explicar a la ciudadanía una posición intermedia siempre es un ejercicio complejo, máxime cuando el partido no está en una posición de fortaleza electoral, cuando no genera consenso interno y cuando es abandonado por la maquinaria de creación de opinión pública.

El hecho de que ningún partido político más apueste por esta fórmula intermedia, los deja en una situación de clara desventaja respecto de los dos bloques restantes que, bajo diversas siglas, argumentan a favor y en contra. Esta circunstancia se agrava debido a la completa soledad en la que los medios de comunicación y creadores de opinión próximos a los socialistas catalanes han abandonado al PSC. Para que un posicionamiento político funcione, toda la maquinaria argumental y evangelista debe funcionar a pleno rendimiento, de modo que el partido emite y el resto replica y justifica desde los altavoces y tribunas mediáticas en lo que se considera el proceso de creación de un estado de opinión.

La pregunta que sugiere este panorama es si podrá el PSC ser firme en su posicionamiento cuando no convence a los propios, cuando se enfrenta a su socio, el PSOE, y cuando no dispone de un frente donde colocarse, sino que se halla en medio del fuego cruzado. Esta solución intermedia necesita de un marco mental que lo acompañe y que lo dote de fortaleza argumental. En este caso, existen dos 'frames' que luchan por imponerse: que el PSC es la tercera vía o que el PSC está perdido en su indefinición.

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