Método y pensamiento

Ahora que los valencianos se han quitado de encima el yugo del PP, o que se ha desintegrado de tan podrido, es hora de mirar hacia Valencia y su cultura como referente, no para dar lecciones desde Catalunya sino para aprender. Conscientes de que solo con voluntad de persistir ante un poder hostil habrían sucumbido, la resistencia cultural valenciana ha sobrevivido a 25 años de asedio gracias a la excelencia, siempre asociada a la máxima preparación y exigencia. Mientras la Catalunya culturalmente establecida se ha ido relajando, la Valencia perseguida ha reforzado el nervio para evitar la extinción.

¿Una prueba de ambas cosas? La revista de alta difusión de investigación científica, Mètode, en marcha desde el 1992, dirigida por Martí Domínguez y editada por la Universitat de València. Sin ningún apoyo del supuesto oro catalán sino, al contrario, con una distante y estúpida indiferencia. La lengua universal de la ciencia es el inglés, pero los 4.000 ejemplares de Mètode, en tres idiomas, indican que también el catalán, para empezar el de Valencia, es un herramienta de conocimiento totalmente afinada en la terminología e inmejorable para debatir y reflexionar.

El penúltimo número es un extenso dossier sobre la naturaleza de la ciencia. Mirada amplia, plural y claramente decantada al ejercicio intelectual de delimitar territorios y eliminar subterfugios. Heidegger, Foucault y la homeopatía, por ejemplo, están acusados, con fundamento, de fabricar falsa moneda, o incluso venenosa. ¿Cómo? La batalla de muchos filósofos y humanistas contra la ciencia es tan universal como quijotesca. Una multitud de europeos todavía no se dan por vencidos, ni están dispuestos a reconocer que el pensamiento científico no existe. ¡Pero sí Mètode! Deberíamos hablar mucho más de ello, con la muy sufrida y victoriosa Valencia como referente capital.