Peccata minuta

Mala pata

JOAN OLLÉ

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Los últimos 365 días españoles han sido pródigos en lo que a traumatología se refiere. Todo empezó en Botsuana el pasado 15 de abril cuando el rey Juan Carlos, después de abatir un elefante republicano y fotografiarse sonriente con el cadáver a sus pies, se levantó a las 5 de la madrugada para ir a mear, tropezó bajando una escalera y se fracturó en tres partes la cadera izquierda. Repatriación inmediata, intervención quirúrgica fallida y una disculpa ejemplar: «No lo volveré a hacer».

El aún reciente 24 de febrero Fèlix Millet debía declarar sobre sus múltiples fechorías melómano-hoteleras, pero también por culpa de resbalar con una alfombrilla camino del lavabo a las mismas 5 de la madrugada, y en perfecta mímesis monárquica, el granuja besó el suelo con posterior diagnóstico de fractura subcapital del fémur izquierdo. Se personó en los juzgados el 10 de marzo en silla de ruedas y, que uno sepa, no mostró pública contrición por su saqueo de las arcas del Palau de la Música.

Justo un mes más tarde, cuando corría el minuto 22 de la primera parte del Barça-Celta y después de blocar en dos tiempos un libre directo de Orellana, Víctor Valdés empezó a proferir sobrecogedores aullidos de dolor mientras era retirado en camilla, víctima de una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. ¡Ciao, Víctor! ¿O no?

En vivo y en directo

Y cuando ya considerábamos superado el azote, a principios de esta semana el neosocialista Pere Navarro se lesionó el pie y, por prescripción facultativa, no pudo asistir a la presentación en sociedad madrileña de la consulta catalana. ¡Qué mala pata que el hombre se perdiese en vivo y en directo la intervención de su excompañera de voto Rosa Díez, que en su momento más brillante llegó a comparar la petición catalana con los crímenes etarras! ¡Qué mala pata no poder aplaudir, con lágrimas en los ojos, las algebraicas palabras de su jefe Pérez Rubalcaba, en quien ha encontrado tanta comprensión después de condenar el derecho a decidir que defendía el PSC en su mentiroso programa electoral del 2012! ¡Qué mala pata que le pasara esto precisamente a él, que durante semanas tildó al president Mas de cobarde por no dar personal e ibarretxianamente la cara en el Congreso! ¿Se citaron el pasado martes Mas y Navarro en el despacho presidencial para ver la sesión parlamentaria por la tele ante unas pizzas y unas cervezas como si de un Atlético-Barça se tratase? ¿O tal vez para brindar con cava tarraconense por el futuro de BCN World?

Sí, la pertinaz epidemia óseo-muscular ha afectado gravemente a los pilares básicos de nuestra sociedad: Monarquía, alta burguesía, Barça y problema catalán. Un deseo ferviente: que Oriol Pujol no se nos escoñe  antes de ir a pasar la ITV.