GEOMETRÍA VARIABLE

¿Vamos a una vuelta a la tortilla el 20-D?

Si el PP y el PSOE bajan de 100 escaños, el bipartidismo será cadáver

JOAN TAPIA

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El martes escribí que el estado mayor del PP esperaba quedar el 20 de diciembre en primera posición y con una relativa holgura. En el 2011, el PP obtuvo el 44,1% de los votos y 186 diputados, 10 por encima de la mayoría absoluta. Ahora apostaban por un descenso fuerte, hasta el 27-30% de los votos y entre un mínimo de 120 y un máximo de 145-150 diputados. Con 145 escaños seguirían gobernando con el apoyo casi forzado de Ciudadanos a la investidura. Con 120 sudarían la camiseta… pero se saldrían.

Pero la encuesta de este marrtes en este diario daría, de confirmarse, una vuelta total a la tortilla. Según el GESOP, el instituto que elabora los barómetros de EL PERIÓDICO, y que tiene una alta reputación, el PP caería nada menos que 20 puntos, hasta el 24% de los votos, y se quedaría en una horquilla de 98-102 diputados. Es un terremoto total con una trascendencia brutal por cuanto el PSOE -que también cae aunque menos respecto a sus malos resultados del 2011- queda muy cerca con una intención de voto del 21,4% y 82-86 diputados.

La distancia entre el PP y el PSOE puede ser de solo 12 escaños y, además, Ciudadanos, con un 21% de los votos y 76-80 escaños, se convierte en una bisagra todopoderosa, una especie de rey del mambo. Y dada la alta volatilidad que detectan todos los sondeos, tampoco se puede descartar totalmente que Albert Rivera logre superar a los dos grandes partidos tradicionales. Sería, en este caso, la primera vez que en democracia alguien llega a la presidencia del Gobierno sin haber sido antes diputado.

Con los resultados de GESOP, la única suma a dos factible (a diferencia de Alemania, la gran coalición parece aquí imposible) es la de PP y Ciudadanos. Pero la debacle del PP y el final del bipartidismo es de tal calibre que cualquier escenario considerado remoto hasta hace muy poco se convierte en factible. ¿Tendría Rajoy, perdiendo casi la mitad de sus diputados, el apoyo a la investidura de Ciudadanos, que quiere ser el partido de la regeneración? Difícil, pero no imposible. Como también podría suceder que el PP se viera obligado a cambiar de candidato, algo que hasta ahora nunca ha pasado en España. O incluso que se tejiera una alianza entre PSOE, Ciudadanos y alguno más (sumarían 166 escaños, a 9 de la mayoría absoluta y no llegarían a ella solo con el PNV) para investir a Pedro Sánchez.

Alguien recuerda, incluso, los hipotéticos diputados de Francesc Homs (a cambio de una actitud del PSC menos contraria a Artur Mas), pero este escenario parece imposible porque CDC, con una lista matrimoniada con ERC y Lluís Llach, no puede cometer ningún pecado revisionista. Además, el peso de Albert Rivera será decisivo. Con estos resultados, la bisagra sería Rivera y el nacionalismo, convertido al independentismo, tendría que repensar su actitud en España y en Catalunya, donde Ciudadanos obtendrá un resultado incluso mejor al del 27-S.

Con 120 diputados, el PP de Rajoy tendrá el apoyo de Ciudadanos. Con 100, lo que indica el barómetro de EL PERIÓDICO (una caída de nada menos que 86), pueden haber grandes emociones, dibujarse escenarios hoy poco previsibles y el sistema político estaría obligado a grandes cambios, quizás a una mutación total, empezando por una nueva ley electoral que obligase a una reforma de la Constitución para eliminar a la provincia como circunscripción electoral y abrir paso al diputado de distrito, como proponen, curiosamente juntos, tanto el PSC (pero no el PSOE) como, de forma un poco vaga, Ciudadanos.

Sería algo que nos acercaría a la práctica de las grandes democracias europeas (Alemania, Gran Bretaña y Francia) y a Estados Unidos. Nos adentraríamos en territorio desconocido con líderes formados ya todos (en este caso doy por descontada la retirada de Rajoy) en el posfranquismo. La transición sería para ellos algo tan remoto -aunque de mejor recuerdo- como la dictadura de Primo de Rivera para Adolfo Suárez y Felipe González.

Y en Catalunya, el resultado electoral, con un Artur Mas ya prisionero de la CUP y con enormes dificultades para ser investido, podría cambiar todo. Si Democràcia i Llibertat (las siglas con las que se presenta CDC) queda, como dice la encuesta, en quinta posición, detrás de ERC, Ciudadanos, En Comú Podem y PSC, se habría producido un giro copernicano, una revolución mayúscula. Tras cuatro años de un 'procés' que orillaba con desprecio las voces heterodoxas, Catalunya enviaría al Congreso de los Diputados entre 16 y 19 diputados independentistas frente a 28-33 no independentistas. En este supuesto, el resultado electoral sería mucho más operativo que la sentencia de ayer del Tribunal Constitucional.