Al contrataque

Lo imposible

Miles de catalanes se manifiestan para reclamar independencia y pacto fiscal en la Diada.

Miles de catalanes se manifiestan para reclamar independencia y pacto fiscal en la Diada. / nip

XAVIER SARDÀ

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Un tsunami es originado por un terremoto en el fondo del mar. De esta manera el agua del océano, al tratar de recuperar su estado habitual, genera olas de enormes dimensiones que se desplazan a gran velocidad. Impresionantes los efectos especiales de 'Lo imposible'.

Se ha repetido la metáfora de que Barcelona, en la Diada, vivió un tsunami independentista. ¿Hubo un terremoto previo?... No, en lo social se trata más bien de crear el "clima adecuado". ¿Quién lo crea?: el frío llega de Madrid, sus gobiernos y su prensa. El calor tropical se crea en Barcelona, sus governs y su prensa. Ya tenemos tsunami. La crisis económica se encarga de que estemos todos con el agua al cuello. Estupendo.

En nuestra película todo el mundo se hace el sorprendido. Nadie es responsable de una ola que no parece haberse producido por generación espontánea. En pleno remolino y agarrado a una palmera, Mas dice que toma nota del mensaje de la gigantesca ola humana. Es curioso porque de las muchísimas manifestaciones previas de protesta laboral, no tomó ni notita. Del tsunami sí, porque fue más grande y porque fue, en parte, su tsunami... y de 'la nostra' y de la mejor Catalunya.

A algunos oceanógrafos les produce sonrojo que supuestos intelectuales piensen que la calle ha soprendido a la clase política . ¿No veían TV-3 durante el mes y medio previo a la Diada? ¿Y durante los últimos 20 años?

La conexión entre el nacionalismo político y el tsunami es clara. Tales oceanógrafos dicen que eso no les quita ningún mérito a los que salieron a la calle. Se lo quita a los que juegan a hacerse los sorprendidos y "toman nota".

Mas sigue agarrado a la palmera pero logra ponerse en pie. A su lado pasan ahogándose molestos parados, maestros incordiantes, alumnos protestones, pesados asistentes sociales, funcionarios pancarteros, tertulianos poco patriotas, anticuados sindicatos, Duran Lleida, independentistas de toda la vida, la bloqueada izquierda catalana, los jueces tocacojones y demás peligrosos desperdicios.

En pleno tsunami, Mas mira a su alrededor mientras un rayo de sol atraviesa los negros nubarrones recortables. La luz solo le ilumina a él. A su lado todo es fango y oscuridad pero el salvífico rayo del gigantesco astro, le elige para su nueva misión histórica: tiene que salvar a su país. Como un nuevo rey Sol. Mas grita con fuerza y logra reunir a los supervivientes. En eso están.

Sobre juncos en precario intentan remar los de Rajoy. El fuma un puro mientras jalea sin mucho ánimo a su tripulación ministerial. Al pasar frente a la palmera de Mas, Wert defeca por la borda. Tapándose las narices, Mas le pide a Rajoy que le rescate. Rajoy le dice que cuando amaine.

Mientras esto pasa en la superficie, en el fondo (monetario internacional) no vaticinan una mejoría del tiempo. Es más, creen que el verdadero tsunami todavía no ha llegado. Continuará. O no.