Peccata minuta

Hondo Sánchez

A Sánchez le constaba que Rajoy era indecente, pero hubiera preferido emitir un dictamen más suave: improcedente, desaprensivo, abusivo...

Los líderes de PP y PSOE, Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, en una reciente reunión en el Congreso.

Los líderes de PP y PSOE, Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, en una reciente reunión en el Congreso. / periodico

JOAN OLLÉ

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Sánchez, con más de 130 días con sus noches de retraso, ha pedido oportunas disculpas a Rajoy. Reconoce Sánchez, justo cuando se inicia una nueva partida en el tablero, que se equivocó insultándole, aunque solo fuese en la forma. Es decir: a Sánchez le constaba que Rajoy era indecente, pero hubiera preferido emitir un dictamen más suave: improcedente, desaprensivo, abusivo... Pero Sánchez aún no ha sabido pedir perdón a la ciudadanía por su máximo error, desafiando lógica y matemáticas, aquella triste noche de diciembre: decir que decía lo que todo el mundo pensaba, que Rajoy no era un político decente.

Decir que todo el mundo piensa lo mismo que tú es decir mucho, máxime cuando es de suponer que las demasiadas personas que votan a Rajoy -más que a Sánchez, en las últimas elecciones- no deben hacerlo como premio a su indecencia. (Aunque, visto que las constantes explosiones de mierda en el PP no escandalizan a su parroquia, podríamos estar hablando de un fenómeno sociólogico: el sado-marianismo).

Volvamos a Sánchez, cada vez más guapo y parecido a Cristiano, tal vez porque comparten, a mi parecer, una inquietante tersura facial, como si salidos de la sauna se aplicasen mil botes de crema hidratante antes de esmaltar su quijada, prestos a sonreir ante cualquier bobada.

PROGRESAR ADECUADAMENTE

Recapitulemos: Sánchez, según sí mismo, se equivocó en las formas, pero no el fondo. ¿En qué fondo?¿En el fondo del mar matarile-rile-rile, en el fondo de reptiles o en el doble fondo de la chistera del ilusionista al que se le ha visto el truco y todo el público se parte el pecho de la risa sin que él experimente el más mínimo sentido del ridículo? Le recuerdo, hondo Sánchez, que, fuera máscaras, solo queda la calavera.

Sánchez acaba de declarar que durante estos meses de 'desnegociaciones' ha aprendido muchísimo. Pues nada: vamos a convocarle otras elecciones y otra posibilidad de pactos para que siga progresando adecuadamente. Y si en esta segunda oportunidad, sin definir aún qué quiere ser de mayor, lograse resistir los embates andaluces y los de sus calladas bases... a la tercera irá la vencida. El desgobierno es el primer paso hacia la bella acracia.

Ya que Sánchez reconoce haber asimilado algo a cuenta nuestra, le ruego ponerlo en práctica a lo largo de estos dos largos meses que tendremos que seguir viéndonos las caras (las máscaras). Sugerencias: no grite ni gesticule en exceso (intente pensar fuerte y hable en voz baja); no insulte a quien luego tendrá que simular pedir perdón tarde y mal; y, sobre todo, no se me inmole en sus tan hondas como volátiles convicciones. Un tal Brecht lo dejó muy claro: lo profundo queda bajo tierra y no se ve.