¿Hay dudas del Estado de derecho?

Todavía hay un antetítulo de un periódico progresista de Madrid que dice:El acoso judicial a un magistradopara relacionar las informaciones sobre los procesos instruidos por el Tribunal Supremo al magistradoBaltasar Garzón.

Hay un montón de gente en España que cree a pies juntillas que hay una conspiración judicial contra este magistrado, nada menos que en las tres causas que instruye el Tribunal Supremo. Los mismos que denigran a los magistrados de la más alta judicatura de este país abochornan al PP porque maneja los mismos conceptos para desacreditar a la justicia que instruye elcaso Gürtel. Dependiendo de quién sea el perjudicado, las conspiraciones llegan al mismo sitio procedentes de distintas sensibilidades.

Como todavía no hay condena, habrá que colegir que quien sostiene que hay una persecución lo hace porque considera queGarzóndebe estar por encima de la ley y no puede ser procesado para determinar si ha cometido alguno de los tres delitos que se le imputan.

La causa por la que a este magistrado se le ha abierto juicio oral es por ordenar escuchas telefónicas a todos los abogados de los acusados de la trama Gürtel en sus conversaciones con sus clientes. Y para aclarar su posición, el magistrado declaró recientemente que era la «única forma de averiguar los detalles de la trama». Increíble que este juez aprobara la asignatura de Derecho Procesal. Es un principio básico del Estado de derecho que un justiciable tenga garantizado el secreto de su relación con su abogado en el ejercicio de su defensa. Si había motivos para una excepción, es al Tribunal Supremo a quien le corresponde establecerlo, pero las excepciones, por definición, deben contemplar un hecho individual y no abarcar a todos los abogados. Me gustaría queGarzónfuera inocente, pero naturalmente, mi poder para parar la persecución que padece es limitado. Tal vez en un país sin Estado de derechoGarzónno sería juzgado. Pero, afortunadamente, España sí lo es.