Hachazo a los beneficios fiscales

SALVADOR SABRIÀ

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En cuestiones de impuestos, cada vez que se produce un cambio de normativa o un anuncio de rebajas fiscales los asesores y especialistas advierten de que no es adecuado hacer las cuentas muy deprisa. Exigen esperar hasta conocer la letra pequeña de la medida, y aún así suelen señalar que habrá que ver el efecto final en las leyes de presupuestos o si se añaden nuevas normativas durante el ejercicio que pueden llegar a dejar en nada una cacareada reducción de impuestos.

Habrá que ver si esto es lo que sucede con la rebaja del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF), no vaya a pasar aquello de pan para hoy y hambre para mañana, que en este caso sería rebaja para la nómina mensual y garrotazo en el momento de la declaración anual de la renta.

Ya se verá, pero de momento las cifras incluidas en el proyecto de Presupuestos del Estado del 2016 presagian más de un susto para muchos dentro de unos meses, cuando hagan sus cuentas con Hacienda. Así, los llamados beneficios fiscales que afectan a los tributos del Estado, es decir, los diferentes descuentos que por motivos variados se aplican a los impuestos, registrarán el año próximo una disminución de 6.220 millones de euros y se situarán en 34.498 millones, un 15,3% menos que el 2015. Curiosamente, el mayor recorte en los descuentos lo registra precisamente el IRPF, con una caída del 45%. Entre otras se reducen las ayudas fiscales que se obtenían por arrendamiento de vivienda; las exenciones de las prestaciones familiares por hijo a cargo, orfandad y maternidad; las exenciones de las indemnizaciones por despido; o la deducción por inversión en la vivienda habitual, entre otras. Prácticamente desaparece la reducción por rendimientos de trabajo, aunque el Gobierno asegura que lo que sucede es que ahora se establece un gasto deducible de 2.000 euros, que como tal no tiene la consideración de beneficio fiscal, pero que tendrá el mismo efecto para el contribuyente.

Para ayudar a situar estas cifras, vale la pena recordar que el Gobierno cifró la última rebaja del IRPF en 1.500 millones de euros que pasarían a los bolsillos de los contribuyentes. Una cifra que queda empequeñecida cuando se compara con la reducción de casi 7.000 millones de los beneficios fiscales que se aplicarán a este impuesto el 2016.

Más de un fiscalista ha destacado, no sin razón, que la rebaja del IRPF se notará antes de las elecciones, mientras que el efecto del recorte de los beneficios fiscales que afecta al mismo impuesto no se verá hasta el segundo trimestre del 2016, cuando se haga la  declaración y con el nuevo Gobierno que se pueda formar tras las elecciones generales.