ANÁLISIS

Guardiola y el beso de Judas

Como en Múnich, en Inglaterra se da por hecho que el City jugará bien, y juzgarán a Pep en función de si gana o no la Champions

ANTONIO BIGATÁ

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Nuestro Pep Guardiola vuelve a estar en el centro de todas las miradas y especulaciones. Ahora da un paso adelante muy coherente con su previsible hoja de ruta: vivir y pasárselo bien; seguir en el fútbol de primer nivel; conocer países, culturas y experiencias; aprender y aprender, e irse preparando de cara a su posible regreso al Barça. Trabaja de entrenador, pero tras rodarse en las futbolísticamente caóticas y desequilibradas España e Italia su actual gira internacional parece tener como objetivo ponerse a punto para otro tipo de empleo. Como coach ya ha hecho todo lo que podía interesarle.

Acaba de conocer directamente, sin intermediarios, la organización y rigurosidad del modelo alemán de clubs y cómo es la trastienda del fútbol regido por los propios exjugadores. Es lo que ha hecho en el Bayern. Su próxima licenciatura será catar, no Catar, la Premier, las estructuras británicas de negocio del fútbol en relación a los derechos de imagen y de televisión. También se aproximará a las sombras de la variante de los equipos comprados por multimillonarios hombres de negocios poco sospechosos de deportividad. Una escuela de directivos como ESADE habría diseñado probablemente así las etapas de la carrera formativa de un presidente para el Barça (siempre que el estudiante cumpliese además el requisito de ser ideológicamente culé). O, atención, capacitar para poder dirigir altas instancias internacionales de este deporte/espectáculo/bussines (siempre que el alumno tuviese además mejores valores humanos y éticos que Platini Blatter).

UNS LISTA EXCLUSIVA

Pero de momento Pep tiene todavía que acabar de cumplir con el Bayern. Aunque a nadie se le pueda exigir que gane la Champions (eso, además de depender de los méritos propios, también está vinculado a la suerte y a lo que puedan llegar a hacer los grandes rivales), a él se le pide. Y decepcionará si no lo logra. El Bayern no le contrató para ganar la Bundesliga (algo que estaría a su alcance con muchos de los entrenadores de los clubs de clase media de la Liga española). Le fichó para la Champions y le dotó de jugadores valiosísimos. En Múnich esperan que se sume a la reducidísima lista de entrenadores que, como su antecesor Heynckes, han ganado la Champions coincidiendo con la etapa de los años gloriosos del Barça de Messi.

El problema que le espera a Guardiola en Manchester es el mismo: dan por descontado que trabajará bien y ganará la Premier, pero se le juzgará por si consigue o no una Champions, por injusto que sea. Los aduladores, encima, no se lo ponen fácil. Un periodista internacional relevante ha escrito que Pep rehabilitará el fútbol inglés, que va a corregirles este deporte a quienes lo inventaron. A eso se le llama Beso de Judas.

DESCUBRIDOR DE TALENTO

También se especula con los fichajes que podrá hacer. Guardiola saca partido de las grandes contrataciones pero lo suyo, su mayor éxito, fue el ojo clínico de llevar al primer equipo del Barça a jóvenes desconocidos de la cantera como Busquets Pedro, y su destreza más relevante fue sacar un rendimiento colosal de otros futbolistas que habían sido formados en La Masia siguiendo el patrón de juego que él mismo llevaba dentro. Ni Messi ni Neymar han ganado un Mundial con sus selecciones por la falta de unos presuntos obreros llamados Xavi Iniesta. En Manchester no podrán darle eso porque no lo tienen. En todo caso le harán fichajes que parecerán salidos de la agenda de la portera de Núñez o la agenda de Florentino, que, por cierto, ¡horror por lo del glamur!, son prácticamente las mismas.

Que nadie llore por estos supuestos problemas de Pep. En cualquier caso, no olviden que es psicológicamente muy fuerte y que, en definitiva, en Manchester también estará simplemente de paso en su camino hacia otra parte. En cualquier caso, al barcelonismo le gustaría que si la actual Champions no va a parar al Camp Nou que por lo menos aterrice en Múnich. Eso sería mejorar el currículum de un hombre absolutamente propio y, tal vez, de un presidente futuro, que eso puede llegar si Guardiola se desmarca de sus aduladores interesados y desinteresados, y si no se va hacia las instancias internacionales.