Fase letárgica

Planeaba el escándalo de Jordi Pujol y familia cuando el comprensivo y afligido Artur Mas acudía a la reunión prevista en el palacio de la Moncloa. El objetivo: exigir al presidente del Gobierno autorización para su único proyecto político, la celebración de un referendo de autodeterminación en noviembre.

Reunión de 150 minutos caracterizados por un «diálogo abierto». A excepción de la amenaza del 9-N, se podría enmarcar en términos de normalidad democrática. La que debería regir entre el presidente del Gobierno y el representante del Estado en una comunidad autónoma, el señor Mas.

El resultado: diálogo democrático y legal. Esto es, trabajemos para mejorar todo aquello que afecte a lo cotidiano de los ciudadanos dentro del marco legal y respetemos la democracia expresa y escrita. La expresa se dio cuando el Congreso votó a favor de una España de todos y sobre la que una parte no decide en lo que es de todos. La escrita: nuestra Constitución, el Estatut y un Tribunal Constitucional que sentenció que la declaración de soberanía del Parlament es anticonstitucional.

Mas dice que ha planteado 23 cuestiones de tipo económico en esa reunión. Y es que parece que estas reuniones le inspiran, en lo económico, mucho más que la tarea de Govern. La web del Parlament detalla nueve leyes aprobadas desde las elecciones del 2012. Eso si por medidas económicas entendemos aprobar el presupuesto, la subida de cinco impuestos en tres leyes, la bajada del impuesto del juego y la restricción de horarios comerciales.

Si es verdad lo que usted dice, que no tiene plan b y que esta reunión no es el final y habrá más fases, ¿qué tal si empieza usted la fase de gobernar Catalunya, que lleva dos años de retraso?