La rueda

El fracaso de un gran éxito

Los antiguos modelistas de coches buscaban carrocerías adecuadas a mecánicas innovadoras. Añadían belleza a la ingeniería

JULI CAPELLA

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Todos los automóviles son similares. Un motor de explosión sobre cuatro ruedas con unos asientos encima. Eso sí, vestidos con trajes diversos. Pero la esencia del automóvil no ha cambiado un ápice desde que se ideó, hace ya más de un siglo. A pesar de que hemos ido y vuelto de la Luna, de que hablamos por móvil y hemos descifrado el ADN, seguimos quemando gasolina para movernos, tal como decidió Henry Ford en 1905. Solo que ahora la calesa es más confortable, parece futurista y está llena de botoncitos. En el flamante Salón del Automóvil de Barcelona se pueden comprobar los estragos de la globalización y la dictadura del gusto. Todas las marcas quieren tener el mismo coche, que es el coche que todos quieren tener. El 90% de los morros han ampliado su rejilla, y los faros se han ido achinando de forma exagerada para llenarse con un rosario de leds. Si intercambiásemos las chapas de las diversas marcas, algunos tendrían problemas en reconocer su coche. Los nuevos prototipos eléctricos se mimetizan entre sí para no ser reconocidos, ¿se avergüenzan acaso de ser mejores? Antes, algunos maestros modelistas, como PininfarinaGiugiaro o Bertone, se esforzaban por ser originales, buscaban carrocerías adecuadas a mecánicas innovadoras. Añadían belleza a la ingeniería, la velocidad como la nueva Victoria de Samotracia.

Ahora impera el «y yo más»: crecen las llantas, la longitud, el peso, los caballos, la seguridad, la conectividad, los gadgets... Prácticamente puedes hacerte una composición personal única customizando tu propio coche. Pero sin apenas innovación conceptual, eso no, simplemente añade toppings al mismo muffin. De pequeño creía que cuando fuese viejo nos desplazaríamos en pequeñas burbujas flotantes, cómodas, insonoras, veloces, seguras y sin rastro contaminante. Pero de momento seguimos todos rodando y tragando humo. Y me temo que hay para rato.