El disfraz del soberanismo

JOAQUIM
Coll

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los propagandistas del secesionismo se esfuerzan en afirmar que, en Catalunya, la revuelta social y la regeneración democrática pasan por la independencia. Es la reacción ante su más directo contrincante, el populismo de Podemos, calificado por Artur Mas como un aliado de los intereses del Estado español. Por eso eneltortuoso preacuerdo firmado por CDC y ERC introdujeron un párrafo de última horaen el que se subraya que «el eje nacional y social son inseparables», así como la necesidad de recuperar el Estado social en educación, sanidad y pensiones. El mismo énfasis se pone en prometer «una voluntad inequívoca de rendimiento de cuentas, participación ciudadana y lucha contra la corrupción». Parole, parole, parole, dicen los italianosParole, parole, parole. Esa retórica hueca se ha vuelto a dar de bruces con las novedades del caso Pujol o las sospechosas adjudicaciones que hizo TV-3 a las esposas de David Madí y Oriol Pujol. Por cierto, ¿alguien en la justicia se acuerda del pastel del caso Palau? Por ahora solo se ha juzgado la guinda del hotel. Tras tantos años, este parón abre todo tipo de sospechas.

La farsa también se visualizó ayer en el Parlament ante el plante de toda la oposición, excepto ERC y Marina Geli, al conseller Boi Ruiz por el ninguneo que practica el Govern de las resoluciones que aprueba la Cámara catalana en contra de lasprivatizaciones en salud. Hablamos del controvertido proyecto VISC+ de venta de datos sanitarios, la creación del consorcio sanitario de Lleida o el desarrollo de una oferta privada desde centros de titularidad pública, como Barnaclínic. Catalunya es junto a Madrid, Galicia y Baleares una de las comunidades donde más se ha privatizado. Pero, curiosamente, donde menos protestas en la calle ha habido. En parte porque dicha praxis no es nueva, sino que ya venía en el paquete del tan loado modelo sanitario catalán (que Geli no cambió cuando fue consellera, tal vez por eso ahora se muestra tan comprensiva con Ruiz). Y también porque muchos creyeron que los recortes sociales y las privatizaciones eran culpa del Gobierno del PP, y que la llegada inminente de la independencia lo haría con un fabuloso cheque de 2.000 euros para cada uno.

Todo eso se da de bruces con esedisfraz social que busca el soberanismo y es contradictorio con la cacareada regeneración democrática de los que prometen un país tan nuevo que sería casi como vivir en el cielo. Crece la evidencia de que el procés , que vieron en la brutal crisis una oportunidad para alcanzar su sueño, de la misma forma que el miedo a perderlo mantendrá viva la pulsión. Pero en realidad no es más que un decorado que esconde el sustrato conservador y egoísta de cualquier nacionalismo, da igual como se apellide.