¿Qué fue de la 'revuelta de las sonrisas'?

La guerra entre el Govern y la CUP agudiza la gran paradoja del 'procés: ¿alguien cree posible celebrar un referéndum ilegal sin conculcar la ley?

ENRIC HERNÀNDEZ

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Pese a la accidentada gestación y a lo doloroso del parto, el independentismo alumbró en el 2015 una formidable operación de márqueting político bautizada como Junts pel Sí. Rezaba la propaganda que al fin el soberanismo había logrado aparcar sus diferencias para hacer realidad el ansia mayoritaria de los catalanes de romper con España. El enlace electoral entre Convergència y Esquerra se rodeó de tal parafernalia que hasta reclamó para sí la paternidad del más cívico y democrático movimiento de la Europa occidental. La 'revuelta de las sonrisas', le llamaron.

El matrimonio de conveniencia se ofició por todo lo alto el 27-S, pero el bodorrio no estuvo a la altura de lo esperado: el independentismo ganó las elecciones y al tiempo perdió su plebiscito. Las sonrisas mudaron en muecas al irrumpir en la noche de bodas la CUP, transformando a la extraña pareja en un trío imposible. Luego llegó la declaración parlamentaria de desobediencia. Y el 'pressing CUP'. Y la defenestración de Artur Mas. Y el advenimiento de Carles Puigdemont. Y el veto a los presupuestos. Y el 'referéndum o referéndum'. Y los desacatos al Constitucional. Y la pública ruptura de órdenes judiciales. Y las detenciones de cargos antisistema por una institución tan sistémica como los Mossos d'Esquadra.

'MÉNAGE À TROIS'

CDC, ERC y la CUP, tres partidos que se detestan cada vez con menor disimulo, presumen sin embargo de que su 'ménage à trois' no es un simple escarceo sexual, sino una nueva forma de familia que parirá, esta vez sí, la República catalana. Cosas más raras se han visto, aunque reclamar fe ciega a los independentistas de buena fe no parece el mejor mecanismo para ampliar la base electoral de un movimiento que se jugará su supervivencia en menos de un año, sea en un referéndum unilateral o en otras elecciones autonómicas disfrazadas de otra cosa.

Exige la CUP el cese de Jordi JanéJordi Jané porque los Mossos han cumplido la ley, y por idéntica razón el Govern ampara a su 'conseller'. He aquí la gran paradoja que atenaza al 'procés: ¿alguien cree posible celebrar un referéndum ilegal sin conculcar la ley?