Cuestión de principios

ENRIC HERNÀNDEZ

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El empecinado Alberto Ruiz-Gallardón Alberto Ruiz-Gallardóncavó su tumba política al aferrarse en solitario a la ley del aborto cuando el Gobierno al que pertenecía ya había decidido enterrarla. Impulsase el proyecto movido por la convicción moral o por la conveniencia personal, nadie puede negarle que con su retirada de la política ha exhibido un apego a sus principios del que muchos de sus correligionarios no estarían en condiciones de presumir.

Para empezar, la bautizada como 'ley Gallardón' fue aprobada de forma colegiada por el Consejo de Ministros que preside Mariano Rajoy. No solo eso: el jefe del Ejecutivo defendió que la iniciativa obedecía al estricto cumplimiento del programa electoral del PP, y llegó a asegurar, sin sonrojarse siquiera, que la nueva norma era "la de 1985, con algunas modificaciones". Todo ello, mientras miles de mujeres se echaban a la calle para protestar por la pérdida de un derecho tan básico como el de decidir sobre su propio cuerpo.

Ítem más. A sabiendas de la división que suscitaba en las filas populares, la oposición intentó que estas afloraran al forzar una votación secreta en el Congreso sobre el proyecto gubernamental. Inmejorable ocasión de votar en conciencia que, en un acto de disciplina castrense digno de mayores gestas, los diputados del PP desperdiciaron con su apoyo unánime a una ley de la que no pocos abominaban en privado.

Ahora la soldadesca conservadora cierra filas con la capitulación gubernamental, que, siguiendo el razonamiento de Rajoy, supondría un grave quebrantamiento de sus compromisos electorales. Las convicciones políticas duraron lo que las encuestas tardaron en demostrar que la reforma indignaba a gran parte del electorado del PP. Inevitable evocar al clarividente Groucho Marx: «Estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros.»

Catalá y la Constitución

El adiós de Gallardón nos ha permitido conocer el pensamiento político de su sucesor, Rafael Catalá,Rafael Catalá que en junio se declaraba «partidario» de reformar la Constitución para «reconocer la singularidad catalana» y «mejorar el encaje de Catalunya». CatalunyaEstos eran sus principios. Esperemos que no tenga otros.