MIRADOR

Clara e inclusiva, a la vez, no puede ser

JOAQUIM COLL

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Lo de alumbrar la pregunta para la consulta soberanista se está haciendo más largo que «el parto de la burra», que dicen en Andalucía, pues el tiempo de gestación del animal es nada menos que de 12 meses. Hace ya un año que Artur Mas sufrió el batacazo electoral que lo ha puesto en manos de ERC, y que le ha forzado a acelerar el llamado proceso de transición nacional para que eclosione o se estrelle en 2014. Sorprende que tras tantos informes, estudios, seminarios, comisiones de expertos, viajes aquí y allá, cueste tanto dar a luz una propuesta «clara e inclusiva», como quiere Mas.  ¿Es eso posible? Me temo que no. Aplaudo lo de la claridad, pues no es plan que los ciudadanos tengamos que leer la pregunta dos veces, nos tranquilizó ayer el portavoz convergente Jordi Turull. También que no sea la bandera de ningún partido, sino fruto de un inclusivo consenso, valga la redundancia, entre los partidarios del derecho a decidir.  Lo que ocurre es que ambas cosas a la vez en este caso no pueden ser. Si la pregunta es clara no será inclusiva y viceversa. Fijémonos que tanto UDC, particularmente su líder Josep Antoni Duran Lleida, como ICV-EUiA exigen que a la pregunta puedan responder afirmativamente todas las sensibilidades que hay en esos partidos. Más concretamente, la ecosocialista Dolors Camats quiere que tanto los independentistas como los federalistas y los confederalistas puedan votar lo mismo. Solo así la pregunta será inclusiva, dice. Pues bien, entonces seguro que no será clara porque el objetivo de los federalistas y de los secesionistas se parece como un huevo a una castaña.

Como clara e inclusiva a la vez no puede ser, no se preguntará «sí o no» a la independencia, sino que la consulta nos retrotraerá a la vaporosa declaración soberanista del 23 de enero. ¿Quiere usted que Catalunya sea un Estado libre y soberano? Más o menos por aquí irán los tiros, si es que ERC da su brazo a torcer y la influyente Assemblea Nacional Catalana lo bendice. En ese caso, la pregunta puede que sea inclusiva, pero será no clara porque esas formulaciones vagas, como Estado propio, libre o soberano, no significan nada jurídicamente. Baviera se declara Estado libre pero pertenece a la República Federal Alemana. Y Texas, aunque perdió la guerra de secesión americana, mantiene que es un Estado soberano en su constitución interna.

El tema empieza a cansar hasta a los más entusiastas. Parece que habrá que aguantar tres semanas más hasta que el president anuncie la dichosa pregunta. Entre tanto no deberíamos olvidar las cosas importantes. Por ejemplo, que en el  Parlament se están tramitando unos presupuestos con un espectacular agujero de 2.300 millones para el que no hay un plan serio sino solo una disposición total del Govern a venderse todo lo vendible.