Tori, por fin

La estadounidense Tori Amos exhibió estilo y temperamento en su tardío debut en España

Tori Amos, ayer en el Parc del Fòrum.

Tori Amos, ayer en el Parc del Fòrum.

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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La melena rojiza y, sobre todo, la voz y las convulsas canciones de Tori Amos causaron el sábado cierta sensación en el anfiteatro del escenario Ray-Ban. No era para menos: la 'piano woman' de Carolina del Norte ofrecía, por fin, su primera actuación en España tras 23 años de carrera discográfica. Pareció tenerlo en cuenta al seleccionar el repertorio, que sobrevoló su última obra, 'Unrepentant geraldines', para abrirse al conjunto de su carrera. «Especialmente para vosotros, ya que nunca había estado aquí».

Recital en solitario, aunque con cartas en la manga: al piano en el que Amos basó el recital se sumó un sintetizador y bases electrónicas que dieron un acabado pop a algunas piezas. La sobriedad neoclásica la acompañó al principio, en 'Bliss', 'Caught a lite sneeze' y 'Crucify', canciones de intrincado y novelesco trazado, de esas que, en otros tiempos, alentaron las comparaciones con Kate Bush. Pero una versión de 'In your room', de Depeche Mode, decantó el sonido hacia un pop electrónico dramático. En contraste con Bush, Amos siempre ha tenido un punto más salvaje que etéreo, y lo demostró en sus enfáticos asaltos a 'Silent all these years', 'Cruel' y 'Precious things', esta de su debut, 'Little earthquakes'. Y la épica 'The waitress'. Nos lanzó un guiño en 'Toast' (que termina emplazando al interlocutor «a una catedral / en algún lugar de Barcelona»), invitó a bailar en 'Rasberry swirl' y se despidió con un estratégico 'hit' añejo, 'Cornflake girl'.

Intenso Interpol

En otro extremo, Interpol insufló vida a su rock tocado por una severidad oscurantista pos-punk, valiéndose de la voz robusta de Paul Banks y combinando citas a 'El pintor' (2014), como 'Everything's wrong', con expeditivos viajes a 'Untitled' y 'Slow hands'. Y Einstürzende Neubauten escenificó su dramático 'Lament', evocación de la primera guerra mundial con un Blixa Bargeld erigido en 'crooner' industrial, mientras, muy cerca, asistentes celebraban el gol de Messi en la final de Copa. Rock y futbol, un clásico del Primavera.