Superventas de libro

Todo autor superventas, o no, debe tener un personaje mediático reconvertido a escritor a su lado. Y toda firma debe ir acompañada de su correspondiente fotografía. Son dos de las máximas que marcaron el día de ayer de muchos de los escritores apostados en los estands de las librerías para complacer a sus lectores. Y si no que se lo pregunten a un Ildefonso Falcones que, sentado junto a un Jorge Javier Vázquez, tuvo que pedir cambio de silla para sobrevivir, él y sus seguidores, a las alteradas -eran féminas en su mayoría- fans del presentador deSálvame.O a Carlos Ruiz Zafón, cuyos lectores hacían cola estoicamente junto con los entregados admiradores del aguerrido explorador televisivoFrank de la Jungla. Lo del posado después de la firma, vale para todos, mediáticos y superventas.

Pero pese al bullicio, tanto Falcones como Zafón consiguieron mantener inalterable el guion de la jornada.«No recuerdo ningún Sant Jordi sin gente, por suerte. Hay que agradecer la generosidad y la paciencia de los lectores», apostillaba como un alumno aplicado el autor de la tetralogía deEl cementerio de los libros olvidados que, aunque no presentaba novedad, tenía la cola de cada año. ¿Habrá novela para el 2014?«Los libros son como los hijos, tienen vida propia, pero espero tener listo el cuarto volumen de la serie para el próximo Sant Jordi». Sí publicaba novela nueva, y con éxito, Falcones.La reina descalza fue el segundo más vendido en el apartado de ficción en castellano. Algo que no sorprendió a su autor, que a la hora de escribirlo puso«todos los ingredientes» para crear«una buena obra». Y pese a que hacía tres años de su último Sant Jordi, encontró la jornada«igual que siempre, aunque algo más desorganizada, en referencia a su pequeño altercado.

Más sorprendidas se mostraron dos de las debutantes en ladiada: la australiana Kate Morton y la vasca Dolores Redondo. Ambas lideran ventas pero no habían tenido la oportunidad de vivir un Sant Jordi. A la primera se le acababan los adjetivos para definir la jornada:«fantástica, increíble, maravillosa», como poco. Y a la segunda, para expresar su estado:«encantada, como loca, superemocionada». La autora deEl guardián invisible, además, confesaba que le habían«avisado de que en Sant Jordi pasaban cosas extraordinarias, y realmente pasan», como la presencia de Carlos, un lector de Alella al que conoció en Elizondo cuando exploraba los escenarios de la novela y que ayer se presentó para pedirle una firma del libro.

Los caballos de Sarah Lark

Encontrar un nexo entre la obra y los autores por parte de los lectores es otra de las normas de la jornada. Les pasa a los seguidores de Sarah Lark y a las lectoras -aquí vuelven a ser mayoría las mujeres- de Federico Moccia. Entre las fans del italiano se presentó por quinto año consecutivo Mireia.«Una lectora que ha llevado una vida paralela a mis novelas» afirma el autor deEsta noche dime que me quieresque en un lustro de firmas ha seguido su vida:«Primero estaba sola, luego tuvo novio, se casó, se embarazó y este año ha venido con su hija», cuenta.

Y a Sarah Lark sus lectores le hablaban de caballos, no en vano además de escribir, la alemana se dedica a la doma y a la protección de los equinos. Así, una de las primeras seguidoras en pedirle una firma deLa isla de las mil fuentesconfesó dos cosas: haber llegado a ella por los caballos y estar preparando un refugio para estos animales en Menorca. Más confidencias, esta vez de la escritora, que explicó que tras pasarse el día firmando no tenía«ni agujetas en los dedos ni los dedos agarrotados» porque los ejercita cuando monta. La jornada acabó justo a tiempo para que Lark prometiera volver el año que viene con la segunda parte de su actual novela ambientada en Jamaica. Y para definir ladiadacomo«un milagro, una fiesta única en el mundo».