UNAS VACACIONES ESPECIALES

'Nuestro último verano en Escocia' se estrena este viernes en los cines españoles

La tragicomedia de Andy Hamilton y Guy Jenkin está protagonizada por dos de los actores más populares del momento, Rosamund Pike y David Tennant, que debutan juntos en la gran pantalla

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"Nadie puede ser un padre perfecto", han señalado Andy Hamilton y Guy Jenkin, directores de 'Nuestro último verano en Escocia' ('What we did on our holiday'), una tragicomedia familiar protagonizada por dos de los actores más populares del momento, Rosamund Pike y David Tennant, que se estrena este viernes en los cines, y que se centra en las vacaciones muy especiales de un matrimonio no muy avenido y sus tres excéntricos hijos a Escocia, para celebrar el cumpleaños de su abuelo.

CUESTIÓN DE INSTINTO

Andy Hamilton y Guy Jenkin llevan trabajando muchos años en televisión y esta es su primera película juntos, para la que han querido trabajar la tragicomedia, un terreno en el que ambos se sienten cómodos y al que han llegado de manera "instintiva", según han asegurado durante una entrevista concedida a Europa Press.

El centro de su película pone el foco en una familia que está haciendo frente a una nueva manera de sobrevivir. "Si una familia dice que no es disfunción al está mintiendo", ha afirmado Jenkin. "Hay muchos escritos acerca de cómo ser un buen padre que el primer efecto que consiguen es hacer sentir mal a los progenitores porque piensan que no lo han conseguido. Nosotros no queremos eso, aquí celebramos la incompetencia", ha dicho.

Escocia es el escenario de esta película, aunque los directores prefieren referirse a este territorio como un personaje más del filme, puesto que era una de sus principales condiciones, a pesar de las mejores subvenciones que existían en lugares alternativos como Irlanda o Gales. "Es un sitio realmente silvestre, salvaje, donde los personajes pueden escaparse de la civilización" señala Jenkin.

Los niños ocupan un lugar importante en esta historia y durante su desarrollo tienen que abordar temas en teoría adultos como son la los divorcios, la vida y la muerte. Para sorpresa de los directores, aceptaron estos asuntos de manera muy fácil y natural, más que los propios adultos.

"Dicen cosas que no se pueden decir, que cortan la ambigüedad de los adultos, algo que al mismo tiempo es inteligente y cómico", han señalado ambos cineastas.

LA TRAGICOMEDIA COMO GÉNERO

La tragicomedia ha sido el género con el que mejor han defendido esta historia, aunque reconocen que no fue una decisión consciente, sino algo instintivo, un área donde a los dos les gusta escribir. Ambos creen que los sucesos de la vida no ocurren bajo ningún género, no se divide entre lo cómico y lo serio, sino que ambos estados de ánimo se mezclan indistintamente.

Por tanto, creen que este es un buen foco para contar historias. "muchas grandes obras tanto de cine como de televisión combinan estos dos elementos", señala Andy. "Las mejores obras se escapan a la división de género", coincide Jenkin.

Cuando un buen número de directores de cine están experimentando en el mundo de las series de televisión, ellos van a contracorriente. "Caminamos en la dirección equivocada", ha bromeado Jenkin.

Ambos han trabajado juntos durante muchos años para la pequeña pantalla y esta película supone su debut en el terreno cinematográfico. Para Jenkin, esta es una buena época para la televisión, y las series, lejos de ser competencia, creen que suponen una "gran aportación" puesto que permiten "explorar la profundidad de los personajes".

Andy opina que es un buen momento especialmente para Estados Unidos, donde la economía permite tener series "tan ambiciosas", porque saben que vana a "recuperar su dinero". En Reino Unido, en cambio, los productores son "muy inseguros y prudentes". "Esperemos que eso cambie", ha dicho.