Jorge Pardo rompe tópicos con 'Huellas'

El saxofonista y flautista madrileño Jorge Pardo, pionero del cruce entre el jazz y el flamenco, presenta un proyecto ambicioso.Huellases el primer disco en el que firma todas las composiciones, dos horas de música grabadas durante un año en estudios de todo el mundo, de Dubái a Latinoamérica, y en el que participan cerca de 50 músicos. En los créditos hay figuras como los guitarristas Paquete y Niño Josele, el bajista Carles Benavent, el contrabajista Javier Colina o el batería norteamericano Jeff Ballard. Nombres y números de peso. Sobre el papel parece una gran producción. Y no. Al revés. «Contra lo que pudiera parecer, trabajé así porque no tenía dinero para grabarlo todo con los mismos músicos y en un mismo lugar. Eso significa pagar una semana entera de sus vidas. Lo he hecho basándome en el viejo trueque gitano: tú me das una tarde de tu tiempo, yo te doy otra del mío».

AUTOGESTIÓN Y COMPLICIDAD / En la gestación deHuellashan mandado las circunstancias, pero la autogestión y las complicidades personales van con su forma de ser. Esos músicos son sus amigos, esos estudios en países exóticos son los destinos a los que le llevaron las giras, y la venta del disco -aunque también lo fabricará en CD- se hace desde su página web. «Siempre he llevado mis asuntos personales de una manera muy libre. Hay que hacer lo que sientes, arriesgar lo máximo y esperar lo mínimo», dice el músico.

En el doble disco, que presenta hoy en sexteto (21.00 horas, Centre Cultural Unnim) dentro del festival de Terrassa, Pardo abunda en la música que cultiva desde los días con el sexteto de Paco de Lucía, cuando juntos dieron los primeros pasos hacia un lenguaje que, de alguna forma, admite, ha influenciado mucha de la música hecha en España. «¿Chambao? A mí estas cosas, ni me gustan ni me dejan de gustar. Más que en la forma, si hay un 'ay', un 'olé', prefiero pensar en el fondo. En cómo se dice ese 'ay', cómo ese 'olé».

Asegura que no le interesa la novedad sino romper tópicos, y enHuellasincorpora colores, como el de la marimba, poco oídos en el jazz flamenco. «La música es sonido y su ausencia. Todos trabajamos con lo mismo, aquí y en Singapur. ¡Y qué grata sorpresa es comprobar que se cumple el tópico de que la música es universal si se dicta con la entraña!».