Jean-Michel Jarre: «La electrónica es la música clásica del nuevo milenio»

Jean-Michel Jarre, hace unos días en Madrid.

Jean-Michel Jarre, hace unos días en Madrid.

BEATRIZ MARTÍNEZ / MADRID

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Jean -Michel Jarre (Lyon, 1946) fue en sus inicios uno de los máximos pioneros de la electrónica como espectáculo de masas y uno de los grandes superventas de los años ochenta gracias a álbumes míticos como Oxygene (1976). Ahora parece querer recuperar ese trono como artista influyente dentro del panorama contemporáneo, y por eso ha reunido a un selecto grupo de músicos de ayer y de hoy (desde Tangerine Dream a M83, pasando por Massive Attack, Air, Moby), para celebrar que sigue estando en un estupendo estado de forma a sus 67 años. El resultado es el álbum titulado Electronica 1: The Time Machine, una buena ocasión para reivindicar y redescubrir a Jarre.

-¿Cómo surge el disco y qué quería conseguir a través de él?-Primero surgió el nombre, Electronica, que contiene la palabra «electronic», pero con esa «a» final que remite a Electra, la diosa de la luz, de la energía. Quería rodearme de artistas que tuvieran esa misma musa, daba igual que fueran del pasado o del presente, lo importante para mí, es que en su música pudiera sentirse esa pulsión.

-Tengo entendido que usted elaboró cada uno de los temas dependiendo de las características de los artistas con los que iba a colaborar.-Sí, como génesis compuse una pieza muy básica para cada uno de ellos, pero dejando el suficiente espacio para que aportaran sus ideas y completaran la composición. Me apetecía tomar un camino diferente al que se suele utilizar en los discos colaborativos. Quería que hubiera una fusión real entre mi música y la del artista invitado.

-Es una síntesis curiosa, porque globalmente el álbum suena a Jarre, pero cada canción tiene la idiosincrasia del grupo en particular. 

-Yo compuse pensando en ellos y tengo la sensación de que ellos también participaron en el proyecto pensando en mí. Como experimento ha quedado algo tan curioso como único, que no pretende resumir la música electrónica a través de estilos o de épocas, sino todo lo contario, dar una visión de la riqueza y la universalidad que alberga en su interior.

-¿Y qué diferencias encontraría entre el pasado y el presente de la música electrónica?-Me he dado cuenta de que no hay diferencias entre mis coetáneos y las generaciones de músicos actuales. Creo que entre todos hemos configurado una gran familia. Somos como cocineros que trabajamos con frecuencias y ondas. Todos distintos pero al mismo tiempo iguales. Lo bonito es comprobar cómo cuando yo empecé hace 40 años, lo que hacía era música de vanguardia, y ahora la electrónica es la música clásica del nuevo milenio.

-¿Cómo fue eligiendo a estos artistas que aparecen en el álbum?-Cuando escuché a Fuck Bottoms o a M83 fue como una revelación, porque me sentí muy cercano a ellos. Pero curiosamente el primero de mi lista era John Carpenter, porque para mí es una figura de culto por haber introducido la música electrónica en Hollywood.

-Y hablando de cine… ¿por qué ha hecho tan pocas bandas sonoras a lo largo de su carrera?-No quiero parecer que estamos teniendo una conversación de psicología barata, pero… mi padre (el gran compositor Maurice Jarre) fue un autor de bandas sonoras muy importante, y mi relación personal con él fue, digamos, complicada. No quería que pareciera que me estaba metiendo en su terreno. Ha tenido que pasar el tiempo para reconciliarme emocionalmente con él. Quizás ahora pueda enfrentarme a ese reto. El que salió beneficiado fue Giorgio Moroder. ¡Todas las bandas sonoras que rechacé las terminó haciendo él!