TEATRE

Hablan las mujeres de 'Otelo'

La compañía La Mandona debuta en la Muntaner con la comedia 'Desdèmona', obra de Paula Vogel que rescata los personajes femeninos del drama shakesperiano

IMMA FERNÁNDEZ / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

William Shakespeare apenas las dio juego, pero sí lo hizo, cuatro siglos después, la dramaturga norteamericana Paula Vogel. Cogió a Desdémona, su criada Emilia y la prostituta Bianca, los tres personajes femeninos de Otelo, e imaginó sus vidas y sentimientos en Desdémona, a play about a handkerchief (1979). Tras su estreno en el Festival Shakespeare, la obra recala en la Sala Muntaner hasta el 14 de diciembre con un montaje que supone el estreno de la compañía La Mandona. Tres actrices -Alba Florejachs, Sara Espígul y Carmela Poch- que esta vez se dejan mandar por Martí Torres. Gemma Martínez y Maria Ribera las sustituirán en algunas representaciones por coincidencia con otros compromisos.

La autora narra las últimas 24 horas de Desdémona en Chipre dibujando unas escenas inéditas que encajan perfectamente en la acción de Otelo aunque con el tono de comedia. «Parecen escenas eliminadas», cuenta el director, destacando la «lectura femenina y feminista» de Vogel. «Vemos el papel de las mujeres en un mundo orquestado por los hombres; todas anhelan la libertad que no pueden tener», incide Torres, que, en un juego cinematográfico, ha invitado a la función al mismísimo Orson Welles. El imponente rostro del actor y director, que se metió en la piel del moro shakesperiano en 1952, asoma a modo de espía proyectado en las sábanas de la lavandería en la que transcurre la acción.

La historia empieza con el robo del pañuelo de Desdémona, una «princesa caprichosa y algo bipolar» que envidia la aparente independencia de la prostituta Bianca, comenta Espígul. Tanto que decide prostituirse ella también. No eran tan infundados los celos de Otelo, al entender de la autora, que teje una maraña de celos y envidias entre ese triplete femenino hambriento de poder y libertad. Emilia (Florejacs y Martínez) y Bianca (Poch y Ribera) proyectan sus deseos en la señora.

«Cada una de esas mujeres anhela ser la otra, pero al final se dan cuenta que no son como las imaginaban, todas esconden secretos. Es como esas parejas de hoy que aparentan ser tan felices y luego descubrimos sus miserias», compara Florejachs, que los fines de semana pasa el relevo a Martínez por sus bolos con la exitosa Losers.

Fue en un gimnasio donde empezó a gestarse La Mandona, desvela la actriz de las televisivas Polònia Crackòvia. «Coincidimos en una época que no teníamos mucho trabajo y vimos que compartíamos la inquietud de investigar nuevos lenguajes y formas de interpretar», anuncia Florejachs, que justifica el título de la compañía: «Todas somos mandonas a nuestro estilo». Ya tienen en el cajón un thriller aguardando ver la luz, pero antes desean que su Desdèmona tenga una larga vida.