La dama del rock acaba de publicar el disco 'Almas gemelas'

Luz Casal: «No consiento la queja, el lamento»

NÚRIA MARTORELL / Barcelona

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Nuevas vías expresivas. Nuevos idiomas (cuatro en total). La misma pasión. Luz Casal acaba de publicar  'Almas gemelas'. Un disco en el que restaña viejas heridas ya desde el primer corte y primer sencillo, '¿Por qué no vuelves amor?'. En el que expulsa relaciones tóxicas ('No me cuentes tu vida', la que graba en acústico, solo piano y voz, para EL PERIÓDICO). Y en el que alude al cáncer que padeció y superó dos veces ('Ella y yo').

-Primero sacó el disco en Francia. Y justo ahí supo que acababa de ser distinguida con el Premio Nacional de Música en España.

-Sí, se editó ocho días antes. Cuestiones de intereses que a mí se me escapan, la verdad.

-Su idilio con el país vecino sigue su curso. En realidad, allí recibió importantes premios antes que aquí.

 

-Me dieron el Caballero de las Artes y las Letras antes que en España. Y la Llave de Oro de París antes que la de Madrid. Pero son cosas anecdóticas. No me planteo si ahí me quieren más que aquí. Sería una frivolidad; una pérdida de tiempo.

-Y usted les agasaja cantando dos piezas en francés. Jardin d'hiver, de Benjamin Biolay y Keren Ann, y Amazone, à la vie, firmada por Julien Clerc. ¿Por qué estas canciones?

 

-Jardin d'hiver es una canción bellísima, con imágenes muy evocadoras. Admiro a Benjamin, y Keren me parece una de las mujeres más exquisitas como compositora e intérprete. La descubrí cuando ella abrió un concierto que di en París. Y me sentí interesada en grabar canciones actuales en francés. De la pieza de Julien Clerc, me atrajo mucho la letra. Habla de la crisis de valores, de pobreza, de niños abandonados. Y me parecía que así me salía de las canciones tópicas sobre el amor. Es como darle relevancia a la actualidad de muchas partes del mundo. Las armonías vocales pueden hacer pensar que habla de otra cosa, pero es una letra muy poderosa.

-¿Y no se planteó cantarla en castellano?

 

-Hacer una adaptación literal es un arduo trabajo. Estuve tentada, pero vi que ya fuera la letra o la melodía, algo me iba a cargar. Hay sonoridades que son las que son. Que no puedes alterar. Lo mismo pasa con las canciones brasileñas. Así que he preferido hacer el esfuerzo y ponerme yo en el idioma del otro. Y los compositores vivos me lo agradecen [risas].

-Hablando de canciones brasileñas: se atreve a abordar tres temazos del maestro Antonio Carlos Jobim: Triste, Wave y O amor en paz.

 

-El arreglista de los temas internacionales del disco, Eumir Deodato, que es brasileño y ha trabajado con el propio Jobim o con Frank Sinatra, me dijo: 'si cantas en italiano y francés, ¿por qué no en brasileño? La bossa nova es un género que puedes hacer perfectamente'. Así que me puse a escuchar tanto estas canciones que al final sentía que me pertenecían.

-Cierto. También canta en italiano. Y ¡qué aportación más emotiva consigue en Mi sono innamorata de ti Ho capito che ti amo, de Luigi Tenco!

 

--En un principio pensaba que el italiano no iba a ensamblarse bien a mí manera de cantar. Pero comprobé que no era así. Además, cuando te encuentras con una canción poderosa, me pasa como con las personas: no me pregunto si tiene formación universitaria, cuál es su clase social o incluso cuáles son sus tendencias sexuales. Si te enamoras, si te emociona, si te sientes fascinado, simplemente te rindes a ellas.

-Vangelis [autor de las partituras de  películas como Blade Runner y Carros de fuego] le compuso la melodía de Paisaje. ¿Cómo fue la conexión?

 

-Casualidades del destino. Estaba actuando en Atenas y tuve la oportunidad de conocerle. Me llevó a cenar a su casa y desde el primer día nos pusimos a cantar y tocar. Pasados unos meses volví a Atenas para ver sí podíamos trabajar de una forma más concreta. Surgieron ideas. Y entre ellas, alguna tan resuelta como esta. Cuando escuché lo que compuso, tuve claro que era como un paisaje. Espero desarrollar mi fascinación, mi gran admiración por Vangelis y, a lo mejor, llegar a hacer todo un disco juntos.

-Y para canciones emotivas, Ella y yo. Algo más que una letra en la que habla de su relación con el cáncer, ¿verdad?

 

-Desde hace mucho tiempo me piden libros, artículos..., que escriba sobre mi experiencia. Nunca lo he hecho porque he visto que mucha gente se ha expresado de manera muy emotiva, muy clara, y que a ellos les habrá servido, pero yo me sentía incapaz. No tenía la distancia necesaria. Y ahora para mí son capítulos pasados, aunque se trate de una enfermedad crónica. No se cuál fue el momento preciso en el que me decidí a hacer una canción, pero sí tuve claro que al cáncer le trataría como si fuera una figura, una presencia física con la que tuviera una relación. Pero mi intención no era poner las cosas en claro.

-Y luego derivó en estrofas que pueden entenderse como una historia de amor entre dos mujeres.

 

-Empecé a escribir sobre el sentir, la emoción de la vida, sin saber adónde me llevaría. Y se puede interpretar de mil maneras. Está la imagen de una playa, de la arena gruesa, de dos cuerpos disfrutando entrando y saliendo del mar. Y, claro, eso ya se aleja de una relación con la enfermedad. Fue cuando me di cuenta de que se estaba convirtiendo en una canción de amor. Además, de amor entre chicas. Y pensé, ¿qué ha pasado? ¿quién ha metido mano aquí? Al final, ha acabado siendo un texto sobre el cáncer que para nada hace pensar en el dolor, en la tristeza, en la pena, en el temor.

-Precisamente, cuando hizo público que sufría cáncer de pecho, y cuando recayó, estos términos nunca salieron de su boca.

 

-No dejan de ser episodios de la vida que quien más quien menos los padece. Todos tenemos experiencias duras, desde la pérdida de alguien querido hasta una enfermedad. Si hubiera sentido la necesidad de expresarme con estas palabras lo haría. Pero no es así. Entre otras cosas porque me siento afortunada. No consiento escuchar términos de queja, de lamento. No me gusta. Me parece de una debilidad que no estoy dispuesta a aceptar.

A veces se gana y las más se pierde. Es cuestión de suerte ser feliz», reza la letra.

 

-Este trozo sí es un reflejo de lo que quería decir al principio. Hay mucha gente que combate y pierde. Y te planteas, ¿por qué yo lo logré? Son cosas inexplicables. O, en todo caso, cuestión de suerte.