EL MUNDIAL DE F-1

Hamilton saca el martillo y derrota a Rosberg

El campeón vence en su casa de Silverstone y se coloca a un solo punto de Rosberg, tercero por sanción

Lewis Hamilton salta desde su monoplaza tras lograr la victoria en Silverstone

Lewis Hamilton salta desde su monoplaza tras lograr la victoria en Silverstone / periodico

MIGUEL MARTÍNEZ

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No le gusta que le toquen, pero Lewis Hamilton se lanzó a los brazos de la multitud de aficionados que esperaban la celebración de su triunfo. La pancarta de 'Hummer time' se repetía entre las abarrotadas gradas de Silverstone, y Lewis sacó el martillo.

Lo hizo durante todo el fin de semana. Fue el más rápido en todas las sesiones y, cuando la carrera se lanzó tras el coche de seguridad, fue el más rápido con agua y sin ella. No dio una sola opción a nadie, tampoco a su compañero Nico Rosberg, que tuvo bastante con su pelea con Max Verstappen por la segunda posición.

El Mundial entre los dos pilotos de Mercedes no puede estar más apretado: Rosberg, que acabó segundo, fue sancionado con 10 segundos por recibir instrucciones técnicas de su ingeniero y fue relegado a la tercera plaza, lo que coloca a Hamilton a un punto del líder. ¿Qué sensación deja este GP? Que Hamilton no tiene más rival que las posibles penalizaciones por cambio de motor.

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EL TEMOR DE HAMILTON

El almacén de repuestos en el boxe del inglés dice que, cuando no se ha cumplido aún el ecuador de la temporada, ya no le quedan más motores, ni turbos, ni unidades MGU (eléctricas) sin que incurra en sanción (10 puestos por cada cambio). Por eso, durante buena parte de la carrera, relató Hamilton, «me dediqué a mimar el motor, porque sé que es el último sin sanción». Mientras pudo hacerlo tiró como un poseso, primero con el neumático intermedio, cuando el asfalto se iba secando, después con el de seco.

«Cuando comenzamos la carrera, era el primero que tenía que atacar, así que estuve intentando no cometer errores. Era difícil, pero es lo mismo para todos y de eso se trata. Nunca es una carrera fácil, siempre hay cosas que pasan y hay un gran espectáculo, por eso me gusta tanto correr en la F-1», dijo eufórico, casi extasiado.

DEFENDER EL SEGUNDO PUESTO

Rosberg nunca tuvo «el ritmo para seguir a Lewis». El alemán centró todos sus esfuerzos en defender la segunda plaza frente a la bendita insolencia de Verstappen.

La joya de Red Bull adelantó al alemán cuando la pista estaba húmeda aprovechando su talento y las excelencias del chasis y la aerodinámica del juguetón Red Bull, que salen a relucir cuando el agua deja en un segundo plano el motor. Con la pista ya seca, el alemán devolvió la maniobra al holandés de 18 años. Pero fue entonces cuando Mercedes le dio instrucciones prohibidas por el reglamento para solucionar un problema de software en su caja de cambios.

GRAN CARRERA DE SAINZ

Hamilton, Rosberg, Verstappen y casi toda la parrilla sufrieron sustos en la frenada de la primera curva, Abbey. Carlos Sainz fue de los que arriesgó para poder transitar en una brillantísima sexta plaza superando a los dos Ferrari, pero un trompo le costó dos posiciones.

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«En la primera parte fuimos muy bien, rápidos en lluvia y pasando a los dos Williams y acercándonos a Raikkonen». No tuvo suerte Sainz en las paradas en boxes, perdió posiciones, pero de nuevo, ya en condiciones cambiantes de la pista, iba muy rápido con el slick. «Logré pasar a Kimi, pero creo que iba demasiado rápido para las condiciones que teníamos en pista; por eso, cuando le pasé, cometí un error en la curva 1, donde todos, claro», analizó Sainz.

Era el día para arriesgar, y así lo hizo también Fernando Alonso, víctima de otra excursión. «Cuando estaba húmedo estábamos ahí, peleando, y cuando me salí estábamos luchando con Williams, con uno delante y otro detrás. Estábamos en la pelea, pero para adelantar nos faltan, como pocos, 80 o 100 caballos; de lo contrario, tenemos que intentarlo en zonas imposibles y, claro, a menudo nos salimos de la pista», relató el piloto asturiano.