MUNDIAL DE MOTOCICLISMO

'El Pistolero' se instala en la cima del mundo

"Àlex ha demostrado que no está aquí por ser el 'hermano de', sino porque es un gran piloto", dice Roser Alentà, la madre del nuevo campeón del mundo de Moto3

Àlex Márquez, manteado por su equipo y por su hermano Marc tras conseguir el título de Moto3

Àlex Márquez, manteado por su equipo y por su hermano Marc tras conseguir el título de Moto3 / periodico

EMILIO PÉREZ DE ROZAS / CHESTE

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"Todo el mundo creía que Àlex estaba aquí por ser el hermano de Marc, ¿verdad? Pues ya ven, acaba de ganar su primer título mundial y, como nosotros intuíamos, no está en el Mundial por ser el 'hermano de'. Está aquí porque es un gran chaval y un enorme piloto". Roser Alentà, la madre de los Márquez, no tiene pelos en la lengua a la hora de defender a su pequeño, enorme, largo, alto, fuerte, que no cabe en la Honda de Moto3, ni tampoco si se trata de destacar que el flamante campeón del mundo de la pequeña cilindrada, llamado 'el Pistolero' por sus mecánicos (el apodo se lo puso Jordi Castellà, ahora con Marc en MotoGP), se ha ganado a pulso, no solo el título, sino también la credibilidad.

"Sabía que estallaría este año", cuenta el silencioso papá Julià. "El pequeño viene fuerte, el pequeño tiene ganas, habrá que tener cuidado con el pequeño", bromea Marc, que asegura haber perdido un 30% de su fuerza antes de la carrera de MotoGP "empujando a Àlex desde el box". Porque es evidente que si algo es este nuevo cetro (el quinto) de la familia de Cervera (Lleida) es que un título muy casero, muy de ellos, siempre unidos y siempre dirigiendo sus pasos hacia el podio, hacia el título.

El pequeño "sube fuerte"

Àlex, a quien todos en casa señalan como el vivo, el revoltoso, el divertido, el gracioso, tiene muy asumido que todos le miren, le hablen, le juzguen como el 'hermano de'. "Es normal, ¿no?, siendo el hermano de un superclase como Marc, de un campeonísimo como él. Yo intento aprender de él, pero también trazar mi propio camino, poco a poco. Nos machacamos mucho y uno nunca acaba de aprenderlo todo", explica. "Me gusta estar con él porque me fuerza, me motiva, me pica", cuenta Marc de su hermano. "Además, es un chico que escucha, que atiende, que te hace caso, que asimila muy rápidamente los consejos. No hay duda de que el 'pequeñito', que me pasa casi un palmo, sube fuerte. Perdón, ya ha llegado", añade el campeón de MotoGP.

"Àlex es una gran persona, un gran chaval con el ADN de los Márquez, que es mucho decir, no solo cuando hablamos de un piloto sino cuando hablamos de un muchacho. Todos ellos son gente encantadora", comenta Emilio Alzamora, su mánager. "Ha ido quemando etapas, como Marc, y nunca ha tenido prisa por llegar, jamás. Y cada año ha sido mejor: fue campeón de España, cosa que no lo fue Marc y se han hecho muchas bromas sobre eso, fue el mejor 'rookie' de Moto3 y ahora es el nuevo campeón, no se puede pedir más a su brillante trayectoria", subraya.

Diferente estilo de pilotaje

Alzamora reconoce que, en muchos aspectos, "es clavadito a Marc: trabajo, sacrificio, escucha, hace caso, es una esponja, asimila con enorme rápidez y siempre da el cien por cien en entrenamientos y en carrera". Pero, a la vez, considera que "el estilo de pilotaje de Àlex es muy distinto al de Marc, sobre todo porque es más grandote y, en Moto3, eso ha sido un gran hándicap". "Ahora, cuando dé el salto a Moto2, veremos su auténtica valía, pues se encontrará mucho más cómodo", vaticina.

"Es alegre y siempre intenta hacerte la vida fácil, feliz, lo que es muy de agradecer. Bueno, la verdad es que los dos son maravillosos y tienen esa sonrisa estupenda como marca de la casa", insiste mamá Roser, que ha vivido la carrera de Cheste, como siempre, encerrada en el camión-vivienda de su familia, lejos del box de Honda donde estaba Marc con todo su equipo y de su esposo Julià, que no se ha separado de la gente del 'team' Estrella Galicia.