LOS PROBLEMAS DEL BICAMPEÓN DE MOTOGP CON SU MOTO

Le Mans, el Anoeta de Marc Márquez

"La Honda es dificilísima de pilotar pero tenemos a Messi y saldremos adelante", explica en su equipo

rpaniaguamugello  28 de mayo 2015  randy mamola  exsubcampe150528201759

rpaniaguamugello 28 de mayo 2015 randy mamola exsubcampe150528201759 / periodico

EMILIO PÉREZ DE ROZAS / MUGELLO (enviado especial)

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

«Le Mans fue nuestro Anoeta», explicaba uno de los miembros del equipo de Marc Márquez la noche del GP de Francia donde la cuarta plaza 'in extremis' de Marc Márquez, jugándose el físico, demostró que la fábrica alada había cometido un error gravísimo al confiar todas sus cartas a su carismática obsesión de «power, power, power», convirtiendo la RC213V en una moto ingobernable, histérica, nerviosa.

Mientras Kouichi Tsuji, responsable de Yamaha, recibía con saltos de alegría a los vencedores Jorge Lorenzo y Valentino Rossi en el corralito de Le Mans, Takeo Yokoyama, jefe técnico de Honda, era el único del equipo Repsol-Honda que no recibía, con un sonoro aplauso de agradecimiento a Márquez, visiblemente agotado, tras pelearse desesperadamente con Andrea Iannone y Bradley Smith para arañar unos puntos, que pueden ser vitales.

Potencia más dócil

La discreción de Yokoyama revelaba que Márquez tenía razón, en noviembre en Valencia y, en febrero-marzo, en Malasia. «No quiero que la moto vaya a 358 kms/h., quiero que vaya a 340 pero que la potencia sea más dócil y no sea una tortura pilotar esta moto». Aquella tarde, en Le Mans, Cal Crutchlow, que se fue al suelo como el resto de pilotos de Honda (Jack Miller, Scott Redding y Dani Pedrosa), le expresó su admiración a Márquez por ser el único capaz de pilotar una moto que es un caballo de tortura.

Curiosamente, ya hay quien piensa, en el seno del team de Márquez, que Cal es el gafe: estuvo en Yamaha cuando la Yamaha no corría; estuvo en Ducati cuando la Ducati era un desastre y, ahora que aterriza en Honda, la RC213V es insufrible.

Regreso al pasado

Honda, que perdió en su día al Doctor «porque los ingenieros no me hacían ni caso y no querían desarrollar la moto en la dirección que yo les pedía», se dio cuenta en Le Mans de que tenían un serio problema, o más de uno, con su moto. Tanto que Shuhei Nakamoto, jefe de Honda Racing Corporation, llegará hoy a Mugello para afrontar, con entereza, la difícil situación por la que atreviesa su equipo, cuyo bicampeón reconoció ayer que «somos Honda y vamos a trabajar, mucho y juntos, para salir adelante», explicó.

«Cuando digo que Le Mans fue nuestro Anoeta», explica el colaborador de Márquez, «es porque es difícil que las cosas nos salgan peor que aquel día. Honda se ha dado cuenta de que tiene que rectificar, no sé si a través de la electrónica para dosificar tantos caballos o mejorando el chasis. Una cosa está clara: tenemos a Messi y saldremos a flote». Todos están convencidos de que volveremos a ver al Márquez de Moto2, cuando era el único piloto de Suter capaz de ganar con una moto que, como esta RC213V, era muy histérica y Marc la pilotaba con enorme agresividad, haciéndola pasar por lugares inverosímiles a base de valor.

El trabajo de Stoner

Lo que tienen claro en el entorno de Márquez es que el asesoramiento y el trabajo como piloto probador de Stoner «no ha servido para nada». Stoner va rápido con cualquier cosa. Como dicen en la F-1 al hablar de Massa: «Es rápido pero no sabe por qué es rápido». Puede que a Stoner le parezca una gran Honda «pero Casey no tiene que dar 28 vueltas a tope con ella».