La consulta popular en Bolivia

La vida privada de Morales entra en la campaña

La oposición saca a colación la relación que tuvo el presidente hace ocho años con una joven abogada en pleno debate sobre la reforma de la Constitución

El presidente de Bolivia, Evo Morales, en los carnavales de Oruro.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, en los carnavales de Oruro. / periodico

ABEL GILBERT/ BUENOS AIRES

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Evo Morales festejó sin recatos el carnaval de Oruro. Allí, a 225 kilómetros de La Paz, en medio de miles de bailarines vestidos con sus multicolores trajes tradicionales, quiso ser arte y parte de las comparsas. Bailó, cantó y hasta tocó un instrumento de percusión. El actor norteamericano Edward NortonEdward Norton, su invitado personal, se sumó a la jarana con desparpajo. Morales dijo que en Oruro, finalmente, pudo olvidarse de la "guerra sucia".

En la capital política, mientras tanto, seguía reverberando lo que la oposición llamó el 'Evogate'. La apasionada y furtiva relación que tuvo hace ocho año el presidente boliviano con Gabriela Zapata, una joven y ambiciosa abogada, madre de un hijo que falleció al nacer, se ha convertido en la principal arma de sus adversarios de cara a la consulta popular del 21 de febrero en la cual Morales se juega su posibilidad de gobernar más allá de 2019. La sociedad deberá pronunciarse a favor o en contra de una reforma de la Carta Magna necesaria para que 'el Evo' aspire en tres años a su tercera reelección consecutiva.

El exjefe de los servicios de inteligencia durante la presidencia de Jaime Paz Zamora (1989-93), Carlos Valverde, convertido desde hace años en un periodista de fuerte tinte opositor, exhibió días atrás ante las cámaras de la televisión de Santa Cruz el certificado de nacimiento del difunto Ernesto Fidel Morales Zapata. Morales reconoció la relación y dijo que tras el deceso del bebé se distanció de la abogada que poco tiempo después tuvo una vertiginosa y ascendente carrera profesional: en la actualidad es gerente comercial de CAMC Ingineerig, una empresa china que tiene millonarios contratos con el Estado.

HERMÉTICA VIDA PRIVADA

La vida privada de Morales, padre de otros dos hijos, siempre está rodeada de un halo de hermetismo. La oposición de centro derecha creyó haber encontrado en esta historia algo más que una trama sentimental y empezó a hablar de tráfico de influencias a favor de CAMC. El líder del Movimiento al Socialismo (MAS), hasta el momento favorito en las encuestas, negó de manera terminante que su vínculo con Zapata, a la que llamó "mi pareja", tuviera ese trasfondo y desafió a sus adversarios a presentar pruebas que lo contradigan. "Yo perdí todo contacto con ella a partir de 2007. Esta mañana averigüé qué es de su vida y me enteré que esta señora está casada", dijo el presidente. Subrayó además que el Estado boliviano tiene un pleito judicial con la empresa china por incumplimiento de un contrato. 

El magnate Samuel Doria Medina, presidente de Unidad Nacional (UN), la principal fuerza opositora, consideró insuficientes las aclaraciones del jefe de Estado. Morales, dijo, se mostró "nervioso, confuso, explica y explica y se complica".  A su vez, en las redes sociales circularon fotografías de "el Evo" con Zapata que son posteriores a ese año y a la llegada a un alto cargo de CAMC de la joven de 28 años.

El vicepresidente Álvaro García Linera dijo sobre el "Evogate" que "hay dinero del Departamento de Estado norteamericano, que está financiando a personas, personalidades y comentaristas que apuntan hacia el No". García Linera involucró directamente a Doria Medina. "Perder a un niño es muy doloroso y personal, usar la muerte de un niño para hacer campaña es horroroso". La dirigente humanitaria Julieta Paredes expresó por su parte el repudio "al uso de la imagen de un niño fallecido" y  al "patriarcado machista" que sospecha del éxito de mujeres como Zapata.

Morales, quien en enero pasado cumplió una década en el poder,  recordó que tiene un historial de difamaciones que se remonta a sus días de dirigente de los cultivadores de la hoja de coca. Por entonces lo acusaron de terrorista y narcotraficante. Luego le adjudicaron paternidades a granel y quieron poner en su contra a su hijo Álvaro. Los desafíos políticos, aseguró, lo han inhibido de formalizar ninguna relación sentimental. Si la tuviera, dijo, buscarían utilizarla "para desacreditarme". Y por eso asegura andar por la vida sin primera dama. "No tengo nada que mentir ante el pueblo boliviano".

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