EXPERIENCIA PILOTO EN ITALIA

Policías chinos patrullan por Roma

La iniciativa tiene como objetivo acompañar a los agentes locales para asistir a los numerosos turistas que visitan la capital italiana, tres millones al año

Dos agentes chinos, junto a dos italianos, revisan la documentación de un grupo de turistas chinos, en el exterior del Coliseo, en Roma, este lunes.

Dos agentes chinos, junto a dos italianos, revisan la documentación de un grupo de turistas chinos, en el exterior del Coliseo, en Roma, este lunes. / periodico

ROSSEND DOMÈNECH / ROMA

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Cuatro policías chinos patrullando las calles de Milán, otros tantos en las de Roma. Por el momento constituyen un experimento, que si funciona se ampliará. Tienen el objetivo de acompañar a los agentes italianos para asistir a los numerosos turistas chinos que llegan a la capital italiana, evaluados en unos tres millones por año.

El experimento comenzado en el 2014 en París ha contagiado también a los italianos, que han estipulado un acuerdo con las autoridades de Pekín de dos semanas de duración. Este lunes ya se demostraron extremadamente útiles, no para los turistas, sino para los objetos de marcas falsas, elaboradas en China y vendidas en toda Italia: la policía de Hacienda, que en Italia es militar, acompañados de los agentes chinos, confiscaron 340.000 recuerdos de la capital italiana, producidos en China, y denunciaron a tres ciudadanos chinos que disponían de un almacén ilegal cerca del Vaticano. El Instituto Nacional de Estadística (ISTAT) estima en 60.000 millones anuales el valor del falso 'made in Italy' que circula por el mundo.

Los primeros policías no italianos que habían llegado a Roma habían sido los rumanos en el 2009, aunque con motivo del Jubileo Universal convocado por el Papa hasta noviembre de este año, en los aledaños de San Pedro también se pueden encontrar a policías españoles y de otras nacionalidades europeas, para facilitar el contacto con los 10 millones de peregrinos que se calcula habrán llegado a Roma.

A principios del siglo XXI, tras la caída del régimen rumano, la comunidad  de aquel país, junto con la de los rom, llegó a alcanzar la cifra de más de un millón de personas, lo que constituyó una fuente de quebraderos de cabeza, tanto por el idioma como por la manera de actuar de la parte criminal de aquella comunidad. Precisamente, la pasada semana unos policías rumanos arrestaron a unos ciudadanos de su país que, disfrazados de policías también rumanos, intentaban robar a un grupo de turistas.

“He seguido la escuela secundaria en Módena, por lo que me siento como en casa. Después con mi familia volví a China y ahora estoy de nuevo aquí”, ha explicado uno de los cuatro agentes chinos empleados en Roma, hijo de la inmigración. Al igual que en otras ciudades italianas, pero principalmente en Milán y Roma, se han formado verdaderos barrios ocupados solo por ciudadanos chinos, que principalmente venden vestidos, pero también recuerdos de Roma al lado mismo del Panteón y el Coliseo, en Roma, y de la catedral de Milán.

CAMBIO DE USOS

Desde hace meses, las autoridades italianas se plantean el problema del cambio de uso de los establecimientos comerciales, que tal vez pasan de ser una librería histórica a una tienda de suvenires. En Prato, cerca de Florencia, patria de la industria textil y de los nuevos tejidos usados por las actuales industrias de la moda, viven unos 25.000 chinos.

“Estaremos dos semanas en Roma para proteger a nuestros turistas de vacaciones, junto con la polícia italiana y los carabineros”, explica otro de los agentes extranjeros, que viste de azul marino y en los puños del uniforme lleva la inscripción “Police”. “Se trata de una inversión estratégica, que abre a formas de cooperación mayores”, ha dicho Alessandro Pansa, jefe de la policía italiana. “La iniciativa de hoy constituye un punto de partida, no de llegada, para estimular la colaboración entre ambos países”, ha confirmado Liao Jinrong, director de la cooperación internacional de la policía china.