PROPUESTA PRESUPUESTARIA EN EEUU

Obama insta a poner fin a la contención del gasto público

Barack Obama, ayer.

Barack Obama, ayer.

IDOYA NOAIN / NUEVA YORK

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Otro día, otro pulso lanzado por Barack Obama al Congreso bajo control republicano. Un par de semanas después de presentar al país en su discurso sobre el Estado de la Unión una decidida apuesta por extender a la clase media la recuperación económica, el presidente de Estados Unidos envió ayer a las cámaras una propuesta de presupuestos para el 2016 que replica esa idea. En las cuentas de cuatro billones de dólares, que incluyen la subida de impuestos a los más ricos, las grandes empresas y los grandes bancos para invertir en los trabajadores y en infraestructuras, Obama plantea además acabar con «la austeridad sin sentido» impuesta con «crisis inventadas», es decir, con los recortes de gasto que los conservadores impusieron en el 2011 y que se hicieron aún más severos en el 2013.

Con tiempo hasta el 1 de octubre para aprobar las cuentas en las cámaras, la presentación de la propuesta presupuestaria ayer es solo un punto de partida y se avecinan largos e intensos meses de negociaciones, pero Obama ha vuelto a demostrar que quiere marcar las reglas de juego, mover primero ficha y hacerlo con fuerza, quizá sabiendo que lo que está haciendo es también marcar el debate político de los dos próximos años y de la campaña electoral para sucederle.

Puede contar con el rechazo del partido que controla el Congreso a su esquema de subidas de impuestos -que él defiende como «economía de la clase media», pero republicanos como Paul Ryan han denunciado como «economía de la envidia»-. A la vez, uno de los elementos centrales en su propuesta es eliminar los límites de gasto en algunos programas domésticos y, más importante, en Defensa, una inyección de fondos en las arcas del Pentágono que precisamente llevan años pidiendo los republicanos, que también han abogado por inversiones en infraestructuras similares a las que plantea el presidente.

En su propuesta presupuestaria Obama ni siquiera ha hecho demasiados esfuerzos por incluir ideas para recortar de forma considerable los gastos en Seguridad Social y las prestaciones sanitarias públicas, el principal contribuyente al déficit que los republicanos insisten en que es imperativo recortar.