consulta popular en Bolivia

Los bolivianos niegan a Morales un nuevo mandato

El presidente, en el poder desde el 2006, aspiraba a obtener en referéndum el aval para presentarse a la tercera reelección

El presidente boliviano, Evo Morales, saludando a los votantes del referéndum.

El presidente boliviano, Evo Morales, saludando a los votantes del referéndum. / periodico

ABEL GILBERT

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Al hablarle a un país expectante después de horas de silencio, Evo Morales ha exibido en su rostro las marcas de una noche amarga. La consulta popular no ha tenido los resultados épicos que esperaba. El 'no' a una reforma del artículo 168 de la Carta Magna que permitiría a Morales y el vicepresidente Álvaro García Linera presentarse nuevamente en los comicios de fines del 2019, y eventualmente permanencer en el poder otros cinco años, se ha impuesto por casi 10 puntos de diferencia.

El Tribunal Supremo Electoral (TSE) ha verificado más del 70% de las actas. “Este avance nos permite constatar que hasta el momento el 'sí' está acumulando un 44,6% y el 'no' un 55,4%. Quiero resaltar que son datos preliminares”, ha dicho la presidenta del TSE, Katia Uriona. El presidente no ha podido disimular su desencanto por las novedades. 

En rueda de prensa, Morales ha dicho que "no le preocupa" el pronunciamiento y que responderá con más trabajo y lucha. Ha reconocido, no obstante, con cierto despecho, que "en las ciudades no lo quieren, según la situación".  

Al líder del Movimiento al Socialismo (MAS) no le ha quedado otra alternativa que sugerir la posibilidad del fracaso. "Hay que admitir, a veces hay problemas en la planificación interna, la propia división interna o los errores, porque somos humanos". De todas maneras, y quizá esperando que los votos del campesinado aún puedan producir el milagro político, ha llamado a sus adversarios a aguardar el veredicto del TSE y no cantar victoria todavía. Cuando eso ocurra, en las próximas horas, "nosotros respetaremos los resultados, sea 'no' o 'sí', siempre vamos a respetar". 

ESTADO PLURINACIONAL

Morales y García Linera iniciaron su primer período al frente de Bolivia en el 2006, el segundo en el 2010 y el tercero en el 2015. De acuerdo con el Tribunal Constitucional, el mandato inicial no debe computarse en ese recuento porque Bolivia fue refundada como estado plurinacional en el 2009, año en que también se aprobó la Carta Magna que ahora se busca reformar parcialmente. 

Si se impone finalmente el 'no', el MAS tendrá que encontrar otros candidatos para el 2019. "Vamos a prepararnos, ya estamos preparados (...) Es muy anticipado ver ese tema (quién sería su heredero), eso seguramente lo debatiremos cuando llegue el tiempo con las organizaciones sociales. En el MAS hay muchos liderazgos", dijo Morales.

La oposición ha encontrado en las aspiraciones de Morales un motivo para abandonar sus suspicacias y unirse, invocando el peligro de la perpetuidad. Los números de la consulta permiten inferir que su llamamiento ha sido escuchado y que, otra vez, Bolivia se ha polarizado fuertemente.

“Esta es la victoria de la ciudadanía sobre el poder, del pueblo sobre el abuso, de todos esos jóvenes bolivianos en las redes que han participado activamente, esta victoria ha sido posible gracias a la unidad del pueblo boliviano”, ha dicho el excandidato presidencial de centro derecha, Samuel Doria Medina. A su modo, este empresario del cemento se ha considerado uno de los vencedores de la contienda. 

El electorado, si se confirma la tendencia, habrá impuesto un límite político a Morales, el hombre que más tiempo ha ocupado el Palacio Quemado en la vida política de este país. Los sonados casos de corrupción en el Fondo Indígena, una institución dependiente del Estado pero con dirección de las comunidades originarias, han erosionado la imagen del Gobierno. 

TRÁFICO DE INFLUENCIAS

Una acusación de tráfico de influencias y el fallecimiento de seis personas en un confuso incendio en El Alto, la ciudadela que rodea a La Paz, bastión de Morales, ha marcado también y de manera negativa los últimos días de campaña. Estos elementos han pesado más que los logros económicos de la última década.

El año de las presidenciales (2019) está todavía muy lejos. Pero, por primera vez, la oposición saborea la posibilidad de un triunfo que coloque a Bolivia en la misma senda de los cambios que ya han tenido lugar en Argentina y Venezuela. El analista político Yerko Ilijic ha dado rienda suelta a su optimismo: “El resultado de hoy marca el fin de la ideología del nacionalismo y del estatismo fuerte". 

Para el diario cruceño El Deber, a partir de hoy Morales "enfrentará un país dividido que le dijo que no a un discurso oficial desgastado y a una campaña del miedo que no dio resultado".  El periódico Los Tiempos, pro su lado, de Cochabamba, ha instado al Gobierno "a retomar la conducción de la Administración estatal, muy afectada en los últimos tres meses por la campaña electoral en la que han participado intensamente". 

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