Los Hermanos Musulmanes rechazan entrar en el Gobierno de Egipto

LosHermanos Musulmanes, partidarios del depuesto presidente egipcioMohamed Mursi, han declarado este miércoles que no "pactan con golpistas" y han rechazado la oferta de integrarse en el nuevo Gobierno, según ha afirmado un portavoz de este movimiento islamista.

"No pactamos con golpistas. Rechazamos todo lo emana de este golpe" militar, ha declarado a AFPTareq al-Mursi, sobre la oferta formulado por el nuevo primer ministro,Hazem al Beblaui.

Este martes por la noche, un portavoz de la presidencia, Ahmed al-Muslimani, citado por la agencia oficial Mena, había indicado queBeblaui, recientemente designado por el presidente interino, Adli Mansur, iba a ofrecer "algunos puestos" en el seno de su Gobierno de transición al Partido de la Libertad y la Justicia (PLJ), brazo político de los Hermanos Musulmanes.

Tras la reciente escalada de violencia enEl Cairo, que causó al menos 51 muertos durante una manifestación a favor de Mursi, los Hermanos Musulmanes llamaron a un "levantamiento (...) contra los que van a intentar (...) robar la revolución con los tanques".Mursi fue derrocado el 3 de juliopor el Ejército egipcio, después de grandes manifestaciones opositoras exigiendo su dimisión.

Ataques en el Sinaí

Por otra parte, al menos dos personas han muerto y otras seis han resultado heridas en un ataque perpetrado este martes por la noche por un grupo armado contra un puesto de control en la zona deNajr, en el centro delSinaí egipcio, según ha informado la agencia Mena.

Un grupo de desconocidos ha disparado proyectiles demortero contra un camión que llevaba material de construcción y que ha volcado en el puesto de control, según fuentes de seguridad y testigos citados por Mena. Entre los heridos hay efectivos de policía y algunas personas que viajaban en el camión, y que han sido trasladados a hospitales locales.

El ataque en el Sinaí es el último eslabón de una larga cadena de sabotajes cometidos en los últimos meses por gruposislamistas radicales y tribales, y que se han exacerbado tras el golpe de Estado del 3 de julio en el que fue depuesto el presidente Mursi.